¿Bajada del IVA? Se ha extendido rápidamente la idea de que una reducción del IVA de las frutas y hortalizas ecológicas, como productos de primera necesidad, podría ayudarnos a paliar la actual subida de costes e incentivar su consumo. Sin embargo, las empresas debemos valorar la estructura de esos costes y analizar si podemos ser más eficientes frente a una subida del 30-40% respecto al año pasado; y eso sin perder de vista que la mano de obra actual no está profesionalizada, lo que provoca que baje el rendimiento de las empresas.
Competencia. Un aspecto que sí ayudaría al sector por encima de esa modificación impositiva es la protección en Europa a las frutas y hortalizas comunitarias, respaldando el trabajo del sector primario. No se deberían priorizar las producciones de países terceros que empobrecen a una sociedad europea que cada vez paga más por los alimentos. La consecuencia final no será que no podamos comer determinados productos, sino que habrá una parte de la población que directamente no pueda comer. Sería necesaria una reorganización de las necesidades productivas del conjunto de los estados que permitiese producir lo que se necesita sin recurrir a otros orígenes.
“Hay que preguntarse por qué aumenta el precio al consumidor y se paga lo mismo a los productores”
El papel de la distribución. De la misma forma hay que mirar a la cadena y preguntarse por qué está aumentando el precio al consumidor y pagando lo mismo a los productores. La distribución también tiene un papel importante en el fomento del consumo ecológico, como puede ser con su posicionamiento en el lineal. Colocar el producto bio junto al convencional, pero bien señalado y diferenciado, podría suponer su normalización y acercamiento a la sociedad.