Adiós, quinoa. Fuera del camino, leche de coco. Hasta la vista, chía. ‘Au revoir’, stevia. Hay un nuevo chico en el barrio y está ganando de calle la competición de los superalimentos. Es el kale, un tipo de col de la familia de las berzas (vaya, su atractivo acaba de disminuir con lo de berza), que se hizo muy popular en Estados Unidos y, debido a nuestra necesidad de encontrar el ‘superalimento definitivo’, ha conquistado las verdulerías españolas como un relámpago verde.
Tanto es así que la doctora en alimentación y nutrición, farmacéutica y dietista-nutricionista Laura Isabel Arranz acaba de publicar un libro exclusivamente dedicado a esta verdura. ¿Su nombre? ‘Kale’. En declaraciones a Alimente, cuenta que «hay que destacar que dentro del grupo de hortalizas de hoja verde, es la que más antioxidantes, más fibra y más proporción de proteínas vegetales contiene«. De todos modos, las coles de toda la vida no tienen que temer: «El mensaje no es que el kale sustituya a sus primas, sino que es una verdura muy interesante nutricionalmente, así que incluyámosla en nuestra dieta junto a las demás«, apunta la experta.
Los superalimentos actúan como tranquilizadores de conciencias. Como si al tomarlos no tuvieras que cuidar nada más
El kale se ha ganado a pulso su puesto entre los ‘superalimentos’ de moda debido a sus enormes valores nutricionales: es rica en vitaminas A y C (cubriendo 100 g de esta col la cantidad diaria recomendada según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos), minerales como calcio, potasio y magnesio, y una buena cantidad de fibra alimentaria. Eso sí, hay riesgos: «Las personas que toman Sintrom sí deben tener cuidado al ingerir alimentos con vitamina K y el kale es uno de ellos», explica la doctora Irene Bretón, presidenta de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. Esto se debe a que 100 g de kale contienen 704,8 microgramos de esta vitamina, cuando la cantidad diaria recomendada son 75 microgramos. ¡Casi 10 veces más! Esto no representa ningún peligro para personas sanas, pero en determinadas circunstancias, como la de los pacientes sometidos a la mencionada medicación, puede ser un riesgo.
Además, el kale es muy rico en fibra, que también puede tener sus riesgos, como apunta la doctora Bretón: «Estamos viendo ahora personas que toman un exceso de alimentos ricos en este nutriente. Esta puede atrapar otros, especialmente el calcio, el magnesio o el zinc. Nos estamos encontrando con deficiencias nutricionales en personas que tienen dietas excesivamente ricas en fibra«. Además, aclara que es peligroso basar la dieta «en un solo alimento, por rico en nutrientes que sea. Por ejemplo, en el caso del kale, el contenido de calcio es mayor que el de otras verduras, pero no es muy importante. Tampoco tiene mucho hierro. Si basamos nuestra dieta en un solo alimento, nos faltarán nutrientes. La dieta tiene que ser equilibrada«.
Y su alto contenido en fibra y en vitamina K no son sus únicos problemas, aunque el resto son de un carácter más sociológico. La doctora Bretón explica a Alimente que los efectos negativos de tomar superalimentos es que «estos actúan comotranquilizadores de conciencias; es decir, dado que tomo este superalimento que me han dicho que es buenísimo, no tengo que cuidar nada de lo demás».
Dentro del grupo de hortalizas de hoja verde, es la que más antioxidantes, fibra y proteínas vegetales contiene
Eso sí, hay gente que puede beneficiarse especialmente del kale. Laura Isabel Arranz cuenta que «personas con problemas gastrointestinales pueden aprovecharse de esta verdura por la composición de antioxidantes que tiene y sus efectos antiinflamatorios; en general, personas que sufren patologías crónicas de carácter gastrointestinal», y aclara que salvo en los contados casos en que pueda estar contraindicado, «el kale es bueno para todos«.
Pero ¿por qué se ha hecho popular? La doctora Bretón lo tiene claro: «Son modas, nosotros tenemos nuestros propios superalimentos, el aceite de oliva y el ajo, que están muy presentes en nuestra cultura, pero parece que todo lo exótico tiene que ser mejor«. Laura Isabel Arranz opina diferente: «Es una tendencia como cualquier otra a nivel alimentario. La berza se ha utilizado tradicionalmente y ha pasado bastante desapercibida, pero en los años ochenta, en Estados Unidos, descubrieron sus propiedades y empezaron a promoverla, y, al final, todo lo que está de moda allí acaba llegando aquí, aunque creo que entre nosotros se ha popularizado más por el restaurante ‘healthy’ y ecológico».
Fuente: Elconfidencial.com