La sostenibilidad económica es fundamental en el sector hortofrutícola. En Pozosur, nos esforzamos por tomar decisiones que respalden el desarrollo económico a largo plazo y al mismo tiempo protejan el medio ambiente. Todos los eslabones de la cadena de valor deben ser conscientes de la importancia del productor y su trabajo para lograr esta sostenibilidad económica.
Si se da prioridad a la reducción de los recursos, aun cuando esa reducción pueda poner en riesgo la producción de alimentos, esa sostenibilidad económica será imposible.
Para nosotros, la sostenibilidad, tanto económica como medioambiental, es un objetivo diario. No es un ejercicio de greenwashing, lo perseguimos en cada una de las estrategias que implementamos cada campaña, en cada parcela, para ofrecer alimentos de calidad.
Consumidor
Debemos tener en cuenta que el consumidor prioriza la disponibilidad diaria de producto de calidad en el lineal a un precio justo, no mira tanto la sostenibilidad de los procesos de producción o la sostenibilidad económica de los productores del sector.
Es cierto que el consumidor no siempre es consciente de que producir alimentos de calidad y sostenibles puede ser más costoso. Sin embargo, es esencial que, tanto las Administraciones como la sociedad en general, valoren el trabajo que hay detrás del sector hortofrutícola.
Regulación
En nuestro sector, comprendemos la diferencia entre crecimiento y desarrollo. Para competir a nivel internacional, debemos mejorar nuestras cualidades y mantener nuestras fortalezas. Sin embargo, enfrentamos desafíos, como la hiperregulación, que dificultan nuestra actividad.
Buscamos un equilibrio entre la rentabilidad de la empresa y la sostenibilidad que exigen la cadena y los consumidores. Para lograrlo, aplicamos el sentido común, optimizando el uso de los recursos y respondiendo a las demandas de nuestros clientes.
El sector hortofrutícola ha avanzado significativamente en materia de sostenibilidad, pero se necesitan reglamentos nacionales o europeos que marquen una dirección clara y realista. La legislación debe basarse en criterios científicos y adaptarse a la realidad del productor. Legislar de espaldas a la realidad del productor es conducirnos al abismo. Nos encontramos muchas situaciones en las que no se reglamenta con criterios científicos, sino ideológicos. Pero no debemos obsesionarnos en disputas, porque éstas no llevarían a un consenso entre la Administración y el sector.
El sector tiene capacidad de trabajo para gestionar esta transición, como hemos gestionado en el pasado otras. Llevamos años trabajando en esta línea, invirtiendo trabajo y recursos para alcanzar la sostenibilidad social, económica y medioambiental.
«Los eslabones de la cadena de valor deben ser conscientes de la importancia del productor y su trabajo para lograr la sostenibilidad económica»
Empresa
La eficiencia empresarial es clave para la sostenibilidad económica. En los últimos años, hemos adoptado producciones intensivas para aprovechar eficazmente los recursos. Pero debemos seguir trabajando con dedicación para seguir ofreciendo el producto de calidad que se produce en España y que demandan los consumidores, tanto en nuestras mesas como en todos los hogares a los que a día de hoy llegan nuestros productos.
Los recursos son muy limitados, por lo que nos centramos en producciones intensivas que nos permiten aprovechar los recursos más eficientemente. Entre otros cambios, en los últimos años ha avanzado el abandono del modelo que conocemos como ‘ecológico’ con el objetivo de ser más competitivos.
Trabajamos y seguiremos trabajando para devolver a la sociedad lo que nos da. Por ejemplo, agua, uno de los recursos naturales más valiosos de los que disponemos, y nuestra responsabilidad es devolver a la sociedad el agua en forma de alimentos saludables. Debemos ser conscientes de que el sector hortofrutícola es muy cambiante.
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