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Hortiespaña reivindica la sostenibilidad de los invernaderos solares del sureste español

La Interprofesional Española de Frutas y Hortalizas destaca en su I Congreso ‘Inverdadero’ las ventajas y fortalezas del modelo productivo de Almería y Granada frente a falsos mitos que aún persisten sobre el sector

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El Auditorio de la Universidad de Almería fue el escenario ayer del I Congreso ‘Inverdadero’, organizado por Hortiespaña, dentro de su campaña de promoción ‘Esdeinvernadero’, con el objetivo de romper con todos esos falsos mitos que aún persisten en relación al cultivo bajo plástico de Almería y Granada, y llamar la atención sobre la sostenibilidad real que se trabaja y se proyecta desde los invernaderos solares de estas dos provincias andaluzas y desde su sector hortofrutícola en general.

El presidente de Hortiespaña, Juan Tomás Cano, fue el encargado de abrir el congreso poniendo sobre la mesa los retos que aún tiene por delante el sector, que pasan por darle solución al problema del relevo generacional, por ser cada vez más competitivos aprovechando las posibilidades que ofrece la digitalización en cuanto a mejora de eficiencia y mayor rentabilidad, conseguir la aplicación de las cláusulas espejo con respecto a terceros países, seguir trabajando para tener un sector unido, y dejar a las próximas generaciones una agricultura sostenible que permita seguir cultivando.

Una sostenibilidad que tiene muchas vertientes y todas ellas se abordaron durante la primera mesa redonda de la jornada, denominada ‘La agricultura responsable y eficiente que alimenta a Europa’.

El catedrático de la Universidad de Almería y codirector de la Cátedra Coexphal-UAL, Juan Carlos Pérez Mesa, fue el encargado de reflexionar sobre la sostenibilidad económica del modelo productivo del sector hortofrutícola de Sureste español. Así, Pérez Mesa incidió en que el sector hortofrutícola, contando producción, comercialización e industria auxiliar, es el responsable de entre 35 y el 40% del Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia de Almería y el 3,2% del PIB de toda España, así como que prácticamente el 50% de la población activa de Almería depende directa o indirectamente de este sector.

Otros datos relevantes a los que hizo mención Pérez Mesa fueron que Almería es la primera provincia exportadora de ámbito nacional en frutas y hortalizas y que en determinadas épocas del año, alrededor del 60% de toda las frutas y hortalizas que importa Europa proceden de Almería y Granada, y todo ello recibiendo un mínimo de ayudas de Europa, que se sitúan por debajo del 1% de lo facturado y del 1,2% del total facturado a nivel nacional.

Salvador Parra, director del Parque Nacional Cabo de Gata-Níjar, realizó una comparativa entre el ecosistema natural que representa el parque nacional y el ecosistema agrícola, señalando que la sostenibilidad medio ambiental que se busca en ambos ecosistemas es similar, prestando especial atención a aspectos como el uso sostenible de recursos, la gestión de residuos, el fomento de la biodiversidad, o la formación continua, el conocimiento científico para la toma de decisiones y la transferencia de conocimiento.

Asimismo, Parra defendió que la protección de un entorno único como Cabo de Gata-Níjar necesita de una agricultura sostenible y ordenada, al igual que la agricultura necesita a su vez de pulmones verdes como Cabo de Gata, que además puede tener un impacto positivo sobre la imagen del sector hortofrutícola, apuntando a la conveniencia de sacar provecho a esta ventaja.

Por su parte, Roberto García Torrente, director de Desarrollo Sostenible de Grupo Cajamar, se centró en la sostenibilidad social, apuntando al inconformismo de los almerienses como los responsables de haber conseguido tener el sistema hortofrutícola actual, al tiempo que analizó los hitos alcanzados durante los últimos 60 años por el campo, fruto de esa búsqueda constante de mejorar sus condiciones de vida.

Así, comenzó recordando el enarenado y los primeros invernaderos, la creación de la primera cooperativa de crédito de Almería para dar respuesta a las necesidades de inversión para hacer los invernaderos, como fue Cajamar, la creación posteriormente de las cooperativas para responder a la necesidad de unirse para comercializar los productos, la llegada del regadío como respuesta a la necesidad de optimizar el uso de agua, a lo que se iría uniendo la búsqueda de nuevas fuentes hídricas como la desalación o ahora la depuración, la gestión de residuos vegetales y plásticos, el control biológico o la agricultura regenerativa.

«Todas nuestras debilidades se han convertido en fortalezas y nuestra única amenaza es conformarnos», afirmó.

Juan Colomina, delegado de Coexphal también habló del logro de los agricultores y de su unión en cooperativas, así como del nacimiento de Cajamar, pero fue especialmente claro al señalar que «la atención a la realidad es la clave del sistema», una realidad que ha tenido muy presente en todo momento el productor en Almería.

Por su parte, Juan Antonio Sánchez, técnico asesor en agroecología de Esproyecta repasó los principales factores que afectan a los cultivos de invernadero como la huella hídrica, la tecnificación y digitalización, el control biológico y el control biológico por conservación, así como la fertilidad y gestión del suelo. «El suelo lo tenemos que tratar como un ser vivo. Desde el suelo tenemos las herramientas para controlar plagas y enfermedades», afirmó.

La segunda ponencia de la mañana correspondía a la divulgadora científica Deborah García, quien incidió en el grave problema «de incultura científica» que existe en España, donde apuntó que «más de la mitad de la población reconoce que no entiende las noticias de ciencia y tener esa incultura científica nos puede llevar a tomar medidas en contra del consenso científico», poniendo como ejemplo las trabas que se le están poniendo al plástico, a la inteligencia artificial o a la ingeniería genética que es algo que afecta directamente a la agricultura almeriense.

Asimismo, recordó que España es una potencia recicladora y que lo sensato sería apostar por un reciclaje químico que permitiría que los polímeros pudieran tener vidas infinitas.

Otro concepto que aportó durante su participación virtual fue el de la huella de carbono personal, para afirmar que «muchas de las cosas que hacemos para reducir la huella de carbono personal tienen una repercusión muy limitada», como el uso de bolsas de plástico que de media se sitúa en 180 por persona y año, lo que equivale a un trayecto en coche de 3 o 4 kilómetros.

Por su parte, Elena Campdelacreu, gerente de estándares GS1 de Aecoc, presentó las potencialidades del código QR para frutas y hortalizas, que permitirá dar más información al consumidor que quiere informarse y mejorar la gestión tanto de productos como de retirada de productos, creando una doble barrera de control. Una solución que Campdelacreu defendió como de «fácil implantación por parte de las empresas».

La última ponencia de la mañana correspondía a José Miguel Mulet, catedrático de Bioquímica  y Biología Molecular en el departamento de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia, quien analizó las nuevas técnicas de mejora genética y mostró el futuro del CRISPR, cuya utilización se está debatiendo en Europa.

Mulet marcó hasta cuatro revoluciones verdes, la primera la domesticación de las plantas y de los animales silvestres; la segunda la que atribuyó a Norman Borlaug, quien consiguió desarrollar nuevas variedades de trigo, lo que permitió duplicar la producción mundial; la tercera la de los transgénicos y la cuarta la que plantea el CRISPR. «En Europa no se ha permitido sembrar transgénicos, pero sí importar y consumir. De hecho, casi todo el algodón que circula es transgécnico», apuntó Mulet.

En cuanto al CRISPR, se trata de una técnica de fitomejoramiento que no implica el uso del ADN de otro organismo, sino «un sistema que permite reconocer una parte del genoma y hacer un cambio quirúrgico donde queremos». Una técnica que aún se está debatiendo en Europa si se permite o no. Donde ya sí se ha usado como mostró Mulet es en Japón, donde ya se están produciendo variedades mediante esta nueva técnica de mejora genética.

Durante la jornada de tarde, fueron dos mesas más las que se llevaron a cabo. Por un lado, se debatió sobre sostenibilidad desde el origen, en la que participaron Pedro Ruiz, presidente de la cooperativa Granada La Palma; Local Gómez Ferrón, gerente de Clisol Agro Turismo; avier Jiménez, CEO de SAT Campos de Granada; y Juan José Rodríguez, presidente de la cooperativa de consumo de Santa María del Águila.

Por su parte, los influencers Caterina Pak, Anita la Cortijera, Daniel del Toro y la Gloria Vegana analizaron cómo viralizar el consumo de frutas y hortalizas haciendo uso de las redes sociales.

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