Grupo Paloma aumenta un 20% su rendimiento con la tecnología de invernaderos de Novagric
El proyecto puesto en marcha por ambas partes en un cultivo de tomate ha permitido a la comercializadora murciana intensificar su producción reduciendo su huella hídrica y de carbono.
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El pasado año Novagric llevó a cabo un nuevo proyecto de diseño, fabricación y construcción de invernaderos equipados tecnológicamente para el cultivo de tomate en la Región de Murcia.
Este proyecto se ha puesto en marcha teniendo como horizonte una agricultura más digital, comprometida con el medio y eficiente en los procesos. Una iniciativa que ya está dando sus primeros resultados y demostrando su rentabilidad.
El Grupo Hortofrutícola Paloma, dedicado a la producción y comercialización de frutas y hortalizas, y que vende más del 90% de su producción a Europa, ha destacado siempre por su clara apuesta por un desarrollo sostenible de sus cultivos. Desde 2016 calculan su huella hídrica y de carbono, con el fin de reducir el consumo, además de haberse certificado recientemente en la huella de agua, que evalúa el impacto de la escasez de ese recurso.
Novagric, por su parte, comparte este compromiso con la sostenibilidad aportando las tecnologías, el soporte técnico y los conocimientos para cultivar un futuro más próspero. Una empresa que nació hace más de 40 años para transformar la agricultura a sistemas más eficientes y que desde entonces ha acompañado a los agricultores más emprendedores en esta mejora continua.
El proyecto se ha desarrollado en la Región de Murcia, una cuenca hidrográfica con históricos problemas de escasez de agua. Conscientes de la situación, se ha equipado el invernadero con las últimas tecnologías para optimizar los recursos, buscando un mejor control climático y un mayor rendimiento en las labores culturales.
“Nuestro principal objetivo es mantener la sostenibilidad ambiental, reducir el consumo de agua y energético, y para ello adecuamos constantemente nuestros cultivos,” explica Elena Blaya, técnico de Medio Ambiente en Grupo Paloma.
El proyecto desarrollado por Novagric tiene un total de 10 hectáreas, “con una superficie por módulo de 2 hectáreas para compatibilizar el manejo técnico y agronómico con la rentabilidad económica,” señala Juan Pardo, responsable de Innovación y de Invernaderos en Novagric. Un proyecto llevado a cabo durante la pandemia, en el que se extremaron las medidas de seguridad para cumplir con los tiempos previstos de ejecución, montaje y entrega de la obra para comenzar con la plantación.
Pardo detalla que los criterios técnicos más importantes que se han seguido en el diseño de estos invernaderos multitúnel han sido para “maximizar la radiación solar reduciendo el número de obstáculos a la entrada de la luz para facilitar que las plantas puedan realizar la fotosíntesis”.
Para contribuir a un manejo más eficaz del clima, se han instalado sistemas de ventilación pasiva, pantallas de ahorro energético automático, sondas de temperatura y humedad, y una estación climática.
David Pérez, técnico de grupo Paloma, señala que toda esta tecnología está controlada con software de clima y riego, lo que les permite medir, programar y analizar todos los parámetros. “Se sabe a nivel técnico que, si controlas la humedad y tienes un mayor porcentaje de luz vas a tener una mayor producción durante el invierno, que en estas latitudes que nos encontramos es clave.”
Novagric, por su parte, ofrece un soporte técnico para la gestión automática del clima, la fertirrigación y un seguimiento del comportamiento de la estructura a lo largo de la vida útil de la misma, recalca Pardo.
Actualmente, están produciendo tomate cherry con riego por goteo hidropónico y automático, del que se lleva un control exhaustivo de los drenajes y la fertilización para optimizar al máximo el consumo de agua y lograr una huella hídrica gris cero.
Para el control de plagas se ha optado por medidas de control biológico y productos de residuo cero con los que se consigue reducir al máximo el uso de fitosanitarios.
Los resultados que se están obteniendo en este proyecto están repercutiendo en la producción y en la mejora de las labores culturales, permitiendo realizar entutorados más altos, obtener más ramilletes, aumentar la velocidad de floración y la calidad de la planta.
“Tienen una tecnología bastante más adecuada a lo que estamos buscando ahora, tienen mayor capacidad, intensificamos bastante la producción y llegamos a tener rendimientos de hasta un 20% más en comparación con los invernaderos tradicionales”, afirma Antonio Robles, Técnico de producción de grupo Paloma.
Pese a que los próximos años presentan un gran desafío climático, productivo y una realidad económica muy cambiante, estas nuevas iniciativas permiten seguir mejorando para lograr una agricultura rentable y sostenible.
“Desde el Grupo Hortofruticola Paloma apostamos firmemente por la Innovación e Investigación, por lo que creemos que el único camino para conseguir una producción de alimentos seguros y de máxima calidad es la inversión en proyectos de última tecnología, que nos permitan maximizar la producción con el uso mínimo de los recursos, reduciendo al máximo nuestras huellas ambientales”, concluye Ana Hernández, directora de I+D+i.