Si hace 20 años el reto era la seguridad alimentaria, Global Gap tiene claro que el principal desafío de la agricultura en la actualidad es el agua. Por ello, una de sus principales apuestas es SPRING (Programa Sostenible de Riego y Uso de Aguas Subterráneas, por sus siglas en inglés), para un uso responsable del agua en la agricultura. Precisamente, la sostenibilidad que está demandando la política europea a los productores supone una presión muy fuerte para su modelo productivo.
En este contexto, GLOBALG.A.P. intenta “traducir esos requerimientos legales que la sociedad está pidiendo en normas que se puedan aplicar, para facilitar que los productores puedan demostrar una gestión responsable de los recursos hídricos”, explica Alexandre García-Devis, Technical Expert de GLOBALG.A.P.
Esta aplicación práctica hacia la agricultura no es una tarea sencilla. “Hay que trabajar codo con codo con los agricultores para que ellos formen parte del desarrollo de la norma, nosotros lideramos el movimiento y comprobamos que funciona adecuadamente”, detalla García-Devis.
Herramienta fácil de implementar
Las empresas están poniendo el foco en la sostenibilidad y, dentro de ella, en el uso óptimo y eficiente de los recursos hídricos, recalcan desde GLOBALG.A.P. , aunque sin olvidarse de la seguridad alimentaria. En materia de sostenibilidad, Alexandre explica que hay requerimientos que se han incluido en la norma principal, en IFA (norma para el Aseguramiento Integrado de Fincas que cubre las buenas prácticas agrícolas), ya que “IFA tenía que contener más temas de sostenibilidad de agua que fueran un prerrequisito sin tener SPRING”. Por su parte, con SPRING, proporcionan al agricultor una herramienta fácil de implementar y que los supermercados le dan credibilidad, por lo que mejora la competitividad. “Está creciendo en muchos países y va a seguir así, sobre todo, a partir de 2025”, asegura.
GlobalG.a.p. trabaja con los agricultores para que ellos formen parte del desarrollo de la norma, liderando el movimiento
Eficientes y baratas
Para ayudar a las empresas a ser más sostenibles, GLOBALG.A.P. desarrolla herramientas que se adaptan a la realidad y a los propios agricultores, “que sean eficientes y no sean muy costosas”, apunta García-Devis. En ese sentido, y ante la polémica surgida por la obligatoriedad del uso del cuaderno de campo digital, quien reconoce que el sector está bajo mucha presión y, “si hay que pagar por algún proceso, debemos facilitárselo y ponérselo más fácil a nuestros agricultores”.