Estudios recientes muestran que los compradores con mayor conciencia ambiental requieren información sobre los impactos ambientales del producto y del envase. Esto es particularmente evidente en segmentos demográficos jóvenes, como los millennials y la Generación Z, quienes tienden a priorizar marcas alineadas con sus valores.
En países con mayor poder adquisitivo y políticas ambientales estrictas (Europa, Estados Unidos, Canadá), la disposición a elegir envases sostenibles es una tendencia al alza.
Percepción del valor añadido
Los consumidores asocian los envases de madera con productos frescos y de alta calidad. Estos envases atractivos y funcionales pueden reforzar la decisión de compra, especialmente si el diseño resalta el compromiso de la marca con la sostenibilidad.
Las empresas y las grandes cadenas de supermercados están comunicando al consumidor su decisión de reducir los impactos ambientales como parte de sus estrategias de responsabilidad social corporativa. El envase de madera es el mejor aliado en esta comunicación, combinando sostenibilidad y descarbonización, generando una percepción positiva en el consumidor, ofreciendo al distribuidor un valor añadido.
Encuestas globales realizadas por Nielsen y McKinsey han mostrado que entre el 60% y el 70% de los consumidores prefieren comprar productos con envases sostenibles, y muchos están dispuestos a pagar más siempre que perciban un valor tangible e intangible en su compra. Esto representa una oportunidad para las marcas de diferenciarse, aumentar sus márgenes y contribuir a un futuro más sostenible.
La transición hacia un consumo sostenible en lo que respecta a los envases es esencial para proteger el medio ambiente y garantizar un futuro más saludable. Cada acción, desde la elección individual hasta las decisiones corporativas y gubernamentales, cuenta. Juntos se podría reducir el impacto ambiental y promover un modelo de consumo más consciente y respetuoso con el planeta.