La superficie de frutales en la región de Extremadura se ha reducido un 21% en los últimos cinco años debido fundamentalmente a la escasez de mano de obra, tanto para la poda como, sobre todo, para la recolección. Según La Unión, se ha pasado de las 21.700 hectáreas de cultivo en el año 2019 a las 17.200 en el año 2025, «y si nada cambia se mantendrá o agravará esta tendencia».
El problema, según apunta, ya no es del precio de la fruta, es principalmente de ausencia de mano de obra disponible para realizar las labores; «por ahora se están manteniendo las grandes plantaciones de explotación casi industrial y las pequeñas explotaciones donde se sostienen con mano de obra familiar».
La Unión resalta que este descenso de superficie no solo afecta al sector productor, ya que esas 4.500 ha suministraban productos a las centrales hortofrutícolas de la región que se están viendo desabastecidas de frutas para servir a sus mercados. En cambio, las plantaciones mecanizadas de frutos secos y olivar están ocupando este terreno con la consiguiente deslocalización de las producciones que están poniendo en serio riesgo a las plantaciones tradicionales.
«Al mismo tiempo que no tenemos mano de obra disponible, las estadísticas del SEPE y de la Tesorería de la Seguridad Social, nos muestra que por ejemplo en el mes de marzo de 2025 teníamos 11.604 perceptores de subsidio agrario y renta agraria en la provincia de Badajoz y de 6.263 en la de Cáceres, con un gasto acumulado en 2025 aproximado en este concepto de 28,27 millones de euros».
La Unión advierte que «si no cambiamos las normas de trabajo en la Región, en pocos años habrán desaparecido los cultivos sociales desplazados por los mecanizables con el consiguiente despoblamiento de nuestra Región».