Los resultados de un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) evidencian que la pronosticada reducción futura de temperaturas frías puede comprometer la viabilidad para algunas variedades de frutales y zonas productivas en nuestro país dado que, para una producción exitosa de frutas, estos árboles necesitan acumular frío invernal. El estudio destaca la importancia de desarrollar estrategias de adaptación, locales y flexibles, de acuerdo con proyecciones climáticas de futuro cercano. El desarrollo de nuevos cultivares con bajos requisitos de acumulación de frío también ayudaría a mejorar la viabilidad de los cultivos de árboles durante la segunda mitad del siglo XXI.
El cultivo de frutales es un importante recurso que contribuye a la rentabilidad económica de los agricultores. España es uno de los mayores productores de fruta, siendo el primero en producción olivarera y ocupando puestos destacados en la producción de otros frutales como el melocotón o el cerezo. Todos estos árboles necesitan experimentar una cierta cantidad de frío en invierno para alcanzar una producción adecuada. La falta de frío invernal da lugar a una floración irregular y a una reducción de la cantidad y la calidad de la producción, así como una cosecha más espaciada en el tiempo, lo que se traduce en perjuicios económicos.
Los investigadores que han llevado a cabo este estudio, ya analizaron en un estudio previo, el impacto del cambio climático en la acumulación de frío invernal por parte de los frutales. En él se utilizó la información de diferentes modelos climáticos enmarcados en ciertos escenarios relacionados con la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera (ver noticia). Con estos datos, y utilizando diferentes modelos de acumulación de frío, que se basan en las temperaturas a lo largo del día, se pudo observar una reducción generalizada de la acumulación de frío independientemente del escenario futuro considerado.
Pero en esta ocasión han dado un paso más, con el objetivo de analizar la viabilidad económica de diferentes variedades y especies de frutales en relación a su necesaria acumulación de frío (que difiere entre distintas variedades de una misma especie). Concretamente han analizado siete de los cultivos frutales más importantes en nuestro país que son, alfabéticamente: almendro, cerezo, ciruelo, manzano, melocotón, olivo y vid.
Para ello, realizaron una búsqueda en la literatura científica que permitió obtener las necesidades de acumulación de frío según diferentes modelos de numerosas variedades de frutales. Esto permitió definir umbrales que se utilizaron para caracterizar a las variedades como de “bajos”, “medios” o “altos” requerimientos en cuanto a acumulación de frío. Por otra parte, se relacionó la viabilidad económica con la correcta acumulación del frío necesario por parte de cada variedad en al menos 9 de cada 10 años. Utilizando diversas métricas se obtuvieron diferentes niveles de confianza para cada categoría de requerimientos frío, para ser viable económicamente a lo largo de la España peninsular y Baleares. Según los resultados obtenidos, se espera que el calentamiento global disminuya la disponibilidad de frío invernal, con impactos potencialmente negativos sobre la viabilidad y el rendimiento de estos cultivos.
Los resultados muestran que en los próximos 30 años la viabilidad económica de algunas variedades en zonas con alta producción actual puede verse comprometida, aunque las variedades con bajos requerimientos de frío seguirían siendo viables. En cambio, a finales de siglo se espera que la situación sea más negativa, y que, en las zonas de mayor producción actual, el ciruelo, el almendro y el manzano, seguidos por el melocotón, sean los cultivos más afectados, y el cerezo, el olivo y la vid los menos.
El estudio resalta la importancia de evitar un escenario de altas emisiones que tendría consecuencias especialmente desfavorables en la producción. No obstante, señalan los investigadores, “es posible realizar una adaptación mediante un desplazamiento de los cultivos a zonas adyacentes o bien mediante una selección cuidadosa de variedades con unas necesidades de frío adecuadas. El desarrollo de nuevas variedades con menores necesidades de frío también contribuiría a la viabilidad de los cultivos”.
El estudio, que discrimina entre diferentes categorías de variedades según sus necesidades de acumulación de frío es especialmente interesante para los agricultores, quienes pueden planificar y realizar una adaptación de cara a conseguir un cultivo económicamente viable. También es interesante para los gestores políticos a la hora de tomar decisiones orientadas a la seguridad alimentaria.
Fuente: UPM