Consumo. En estos dos años hemos visto la importancia del sector agroalimentario, esencial en la sociedad y que, sin embargo, no recibe ninguna ayuda en situaciones tan complejas como la actual. Propuestas como la reducción del IVA son totalmente necesarias para el sector y así hacer más asequible el producto para todos los segmentos de la población. Esta reducción potenciaría una clara tendencia hacia la proximidad en la compra de frutas y verduras, gracias a su frescura, mayor calidad y un trato directo con el vendedor. En el sector ecológico, desde luego, es la vía a seguir: producto de proximidad y transacciones entre productor y vendedor más directas, sin intermediarios, y poder ofrecer un precio más real al consumidor.
Pero esto debe venir acompañado de una mayor visibilidad del ecológico. En muchos casos está colocado en las áreas gourmet, separado del resto de frutas y hortalizas, y solo por ello su precio suele ser más alto de lo que debería. Por tanto, sería un acierto ubicar estos productos en los mismos lineales que el convencional para normalizar su consumo.
En España vamos muy por detrás de otros países europeos en semillas bio
El futuro del bio. Tenemos que hacer un gran esfuerzo para que, en el momento del cambio, estemos preparados y seamos competitivos. El gran problema a medio plazo son las semillas bio; en España vamos muy por detrás comparados con otros países europeos y, aunque la ley comunitaria aún no obligue a usar semilla ecológica hasta 2035, puede llegar el momento en que un comprador alemán tenga que decidir, por ejemplo, entre comprar una zanahoria española que no sea totalmente ecológica o comprarla en Francia, bio al 100%.
Las casas de semillas estamos trabajando para poder disponer del máximo material posible cuando sea obligatorio usar solo semilla ecológica, pero necesitamos de la implicación de todos los eslabones de la cadena.