En lo que a nutrición vegetal respecta, el mercado de frutas y hortalizas avanza hacia la fertirrigación 100%, práctica que sin duda se ve favorecida por la estrategia ‘De la granja a la mesa’ de la Comisión Europea (CE) o por otras iniciativas legislativas nacionales como el proyecto de Real Decreto de Nutrición Sostenible, que pretenden consolidar una aplicación eficiente de productos fertilizantes. No obstante, no debe dejar de contemplarse un abonado orgánico y un NPK de seguridad que complemente la fertirrigación y que aseguren una fertilización completa.
Además, conviene recordar que disponemos de otros insumos además de los fertilizantes “clásicos”, ya sean orgánicos, organominerales o minerales. Las unidades fertilizantes aplicables de estos productos en un área determinada van a verse cada vez más acotadas, por lo que es importante contemplar la ayuda de aplicaciones foliares y radiculares de bioestimulantes, como microorganismos, sustancias húmicas y extractos de algas que aseguren el desarrollo óptimo de los cultivos, maximicen la producción y proporcionen la mayor calidad de las cosechas; y que, en el caso de las aplicaciones vía riego, contribuyan a mejorar las características físicas, químicas y biológicas del suelo, hecho que está siendo promovido igualmente por la Administración, por ejemplo, a través de determinados ecorregímenes del Plan Estratégico Nacional de la Política Agraria Común.
Desde los inicios de Yara hace 120 años, hemos apostado por aportar cada nutriente en el momento y la cantidad justamente necesaria, así como en la que sea asimilable para la planta. Por esto, hemos desarrollado Nitrato de Calcio como nutriente esencial desde la germinación y fósforos de máxima disponibilidad como son los polifosfatos, incluidos, por ejemplo, en nuestros NPK YaraMila y en YaraVita STARPHOS, formulaciones con alta disponibilidad y eficiencia de nutrientes.
Además de la aportación de nutrientes, serán otros los aspectos que nos permitirán ajustar la fertilización en cada finca, en cada tipo de suelo y con cualquier meteorología, gracias a la digitalización de las explotaciones agrícolas. Es el caso del empleo de sensores de riego y la incorporación de datos de suelo y del estado nutricional del cultivo a plataformas de seguimiento de parcelas agrícolas, lo que permite la división de la misma en diferentes áreas de manejo. Así se conseguirá la máxima eficiencia y asimilación de la fertilización por parte del cultivo con una mínima lixiviación de nutrientes.
En definitiva, para afrontar un futuro seguro no basta con fertilizar, sino que hay que desarrollar una nutrición integrada de cultivos de una manera eficiente y justa, incorporando las mejores técnicas disponibles y aportando al suelo y a la planta lo que necesita.