La Casa de Castilla-La Mancha en Gipuzkoa ha sido protagonista este fin de semana en el Festival Folclórico y Gastronómico de Gipuzkoa, una cita anual que reúne a las casas regionales en un despliegue de cultura, tradición y gastronomía en el corazón de Donostia. El evento, organizado por la Federación de Casas Regionales, se celebró en la emblemática Plaza de la Constitución, convirtiéndose en un mosaico de sabores y sonidos de toda España.
La Casa castellanomanchega, fundada en 2022 y con sede en la calle Txomin Agirre de San Sebastián, deslumbró con su oferta de productos típicos, entre ellos el Ajo Morado de Las Pedroñeras, amparado por la Indicación Geográfica Protegida (IGP). «¡Volaron, literalmente!», comenta entre risas Patxi Muñoz, vocal de la entidad con raíces entre Campo de Criptana y Arenales de San Gregorio (Ciudad Real). “En Euskadi no es fácil encontrarlo, así que la calidad del ajo morado hizo que se agotara en tiempo récord”.
El expositor también incluyó queso manchego, aceite, vino y otros productos de la tierra que fueron muy bien recibidos por el público donostiarra. “Fue una jornada maratoniana”, relata Alfredo Medina, presidente de la Casa y oriundo de Malagón (Ciudad Real). «Pero mereció la pena. Esta cita es un escaparate para dar a conocer Castilla-La Mancha, fortalecer los lazos con Euskadi y celebrar nuestras raíces en un ambiente festivo y de convivencia».
Con cerca de un centenar de socios, la Casa de Castilla-La Mancha en Gipuzkoa se ha consolidado como punto de encuentro para la comunidad manchega en el norte, apostando por el intercambio cultural, social y gastronómico entre territorios. Como destaca Medina: “Somos castellanomanchegos, pero también vascos y donostiarras. Esta doble identidad nos enriquece”.
La jornada fue todo un éxito, no solo por las ventas -que dejaron el puesto prácticamente vacío-, sino por el espíritu de hermandad que impregnó el evento. Un maridaje perfecto entre tradición y acogida, entre la esencia de Castilla-La Mancha y la hospitalidad vasca. Un viaje sensorial que cruzó fronteras sin salir de la plaza.