Día de la Manzana: ¿en qué beneficia a nuestra salud?
La manzana es una de las frutas más sanas que se conocen y, como tal, una de las más recomendadas para incluir en la dieta, pero ¿cuáles son sus beneficios?
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Para aplacar la ansiedad. Cuando no te puedes concentrar porque tienes el estómago vacío, es recomendable tomar una manzana, ya que sólo aporta 50 Kcal por cada 100 gramos. Esto va a evitar otros alimentos más calóricos, como patatas chips, bollería, chocolate o golosinas, y que son poco saludables, ya que, entre otras cosas, aportan más calorías que se van a almacenar como grasas.
Como dentífrico natural. Las fibras de la manzana (partes rosas tanto de la piel como de la pulpa), combinadas con la fuerza de la masticación, tienen un efecto de arrastre y de limpieza de los residuos de comida en la boca, así como fortalecedor de las encías. Al tratarse de una fruta aromática, también actúa combatiendo el mal aliento.
En la lucha contra el colesterol. La manzana contiene una fibra, la pectina, que es ideal para reducir el colesterol que se ingiere con la dieta. Lo arrastra antes de que sea absorbido por el organismo. Es la fruta perfecta para complementar un plato de carne o huevos. También su fibra es depurativa en ayunas porque reduce el colesterol de la bilis.
Para mejorar la memoria. La manzana nos aporta vitaminas B1 y B6, que evitan el agotamiento mental y refuerzan la memoria. También es fuente de fósforo, mineral presente en los fosfolípidos del cerebro, potasio y sodio, indispensables para la conducción nerviosa.
Para fortalecer pelo y uñas. La manzana aporta hierro, imprescindible para un pelo y uñas fuertes. Además contiene ácido pantoténico o vitamina B5, que es un favorecedor de la regeneración del cabello.
Contra la obesidad. La fruta fresca, los zumos o alguna galleta integral baja en calorías debe ser la comida de complemento que sacie el apetito excesivo de los jóvenes, por las pocas kilocalorías que aportan, si no queremos que caminen hacia el sobrepeso y la obesidad. Desde luego, todo ello complementado con la práctica de algún deporte de forma regular.
Como refuerzo para las defensas. La vitamina C contenida en la manzana estimula las células inmunes, reforzando las defensas y previniéndonos de catarros y gripes.
Como aliada frente las hemorragias. Su vitamina C refuerza las paredes de los vasos sanguíneos y ayuda en la cicatrización de las heridas, por estimulación en la formación del colágeno. También evita el sangrado espontáneo de nariz y encías.
Como antídoto contra el decaimiento. La manzana es la fruta con mayor contenido en fructosa que existe. Este azúcar es un monosacárido, que es una molécula simple de utilización inmediata por el organismo, que nos saca de una bajada de glucosa en la sangre, evitando los típicos cansancios y mareos que pueden aparecer entre una comida y otra.
Como ayuda al crecimiento. La manzana es fuente de calcio y fósforo, indispensables en la formación de las sales minerales del hueso. También aporta vitamina C, que interviene en la formación de la sustancia matriz del hueso. Por otra parte, las vitaminas del grupo B son necesarias para el crecimiento y desarrollo de los músculos. Por todo esto es bueno tomar manzanas cuando se está en la época de crecimiento.
Para aumentar la capacidad muscular. La vitamina B1 o tiamina previene el cansancio muscular, mientras la vitamina B2 ayuda en la obtención de energía y la vitamina B6 interviene en las proteínas que forman la masa muscular.
Para descansar los ojos. Cuando nuestros ojos se resecan a causa de lugares mal ventilados, por la calefacción, por el uso del ordenador o simplemente por llevar mucho tiempo las lentillas, las manzanas aportan agua con vitamina B2 que los hidrata y mejora el mecanismo de visión. La manzana está especialmente indicada cuando se utilizan las lentillas.
Contra el acné. Para evitar el acné es necesario tener una piel hidratada y depurada; en este sentido, la manzana es buena fuente de agua (85%). Del mismo modo, al no contener grasa o azúcares refinados, no contribuye a provocarlo.
Como bebida isotónica. Las células del organismo deben tener un nivel de hidratación adecuado, ya que el cuerpo humano está constituido por un 70% de agua. Los riñones filtran diario 2,5 litros de agua, que hay que reponer con 1,5 litros de agua pura y otro más procedente de los alimentos. La manzana es agua en un 85% y lleva disueltas vitaminas minerales y azúcares; por lo tanto, esta fruta aplaca la sed y mantiene el nivel de agua en todas las células del organismo. Además, es fácil de transportar y se puede tomar en cualquier momento del día.
Como regulador intestinal. La manzana contiene en su pulpa unas sustancias llamadas pectinas que regulan eficazmente el tránsito intestinal. Por su capacidad para hincharse con el agua, facilitan el peristaltismo, sin interferir en la absorción del calcio, del hierro o del magnesio, pero bloqueando el paso del colesterol a las células de la superficie intestinal. Cuando se quiere usar para evitar el estreñimiento se debe comer la manzana con la cáscara. En cambio, para evitar las diarreas se debe consumir sin la cáscara, y es más aconsejable tomarla rallada.
Contra los efectos nocivos de la contaminación y el tabaco. Los humos procedentes de la contaminación y el tabaco oxidan las células del organismo. La cantidad de vitamina C que aporta la manzana tiene un efecto antioxidante sobre los tejidos, impidiendo su envejecimiento prematuro.