Los ensayos diseñados se están llevando a cabo en dos bloques diferenciados. Por una parte, en el edificio CIDERTA, ubicado en el Parque Empresarial de Huelva, donde Adesva cuenta con una planta piloto en la que se analizaron los parámetros de calidad de los frutos durante su vida útil, almacenados en condiciones de frigo-conservación, bajo la aplicación de diversas tecnologías postcosecha. Por otro lado, el Grupo de Análisis Medioambiental y Bioanálisis, FQM-141, de la Universidad de Huelva, está analizando el cambio en los metabolitos del arándano tras aplicarle las diferentes tecnologías.
En el primero de los bloques mencionados se evaluaron parámetros físicos de calidad que pueden ser positivos, como la firmeza, la apariencia interna, presencia de pruina, etc., o negativos, tales como el nivel de deshidratación o el grado de pudrición del arándano durante un período prolongado de tiempo (42 días), con tres de las variedades más representativas de la provincia de Huelva (Snowchaser, Ventura y Star) en distintos estadios de maduración sometidos a cuatro tecnologías postcosecha, siempre en comparación con lotes control. Dichas tecnologías fueron seleccionadas por sus fundamentos (pulsos eléctricos, efecto germicida, fibras con capacidad de absorción de etileno, envases con atmósfera modificada).
En el segundo de los bloques se está realizando un estudio metabolómico para identificar posibles compuestos bioactivos como los azúcares, ácidos, compuestos fenólicos (entre otros antioxidantes), que puedan verse afectados por los distintos tratamientos postcosecha empleando, para su detección, cromatografías gaseosa y líquida acopladas a espectrometría de masas.
Las dos tecnologías empleadas se han mostrado muy efectivas y están siendo probadas en varias cooperativas
Como resultados preliminares podemos concluir que una de las tecnologías empleadas, la basada en la liberación de pulsos eléctricos, ha permitido ralentizar la aparición de moho en los frutos almacenados, mientras que otra de ellas, la que proporciona una atmósfera modificada, evita la deshidratación del fruto manteniendo prácticamente intactas su firmeza y apariencia tanto externa como interna. Ambas han resultado muy efectivas durante todo el período de estudio.
El principal objetivo de este proyecto es elevar el estudio a escala real, permitiendo llevar a las casas de los consumidores unos frutos con la máxima calidad organoléptica y nutricional. Las dos tecnologías mencionadas (o tal vez la combinación de ambas) serían buenas candidatas para alcanzar este fin y están siendo probadas en varias cooperativas durante la campaña actual.