¿Cómo avanzar en la guerra del tomate?

No tengo el placer de conocer a Víctor Hernández @Victorhercab, que se presenta en Twitter como “Ayudante del medio rural”, pero me ha interesado su Tweet, y el hilo correspondiente:

No es que descubra nada, pero esta el tema bien expuesto: Marruecos se ha convertido en el segundo mayor proveedor de tomates de la UE, superando a Italia; España continúa siendo el primer productor, pero pierde cuota de mercado de forma alarmante. En los últimos 4 años ha perdido el 25% de sus ventas a la UE.

Como tal, el acuerdo de la Unión Europea con Marruecos no explica esta evolución. Existen acuerdos desde hace décadas, se estaba produciendo un progresivo aumento de las exportaciones marroquíes, pero es en esta última década cuando ha cambiado de ritmo.

Víctor Hernández nos transmite que los agricultores europeos reclaman que NO se está cumpliendo el acuerdo porque se importa más de lo acordado y el precio preferente está desactualizado.

Los acuerdos preferenciales

Conviene explicar aquí lo que es un acuerdo comercial preferencial. Un país puede exportar, respetando el arancel común, todos los productos que estén autorizados para entrar en el mercado común. Si tiene firmado un acuerdo preferencial, para algunos productos (y, a veces, en el marco de un contingente), la Unión Europea le concede reducciones arancelarias.

En el caso de la importación de tomate desde terceros países, el principal mecanismo de protección del productor comunitario es el precio de referencia que el producto importado debe respetar. Este es el caso, por ejemplo, del tomate importado de Turquía.

En el caso de Marruecos, la principal concesión del acuerdo preferencial es una reducción de dicho precio de referencia para un contingente determinado. Marruecos exporta su contingente con precio preferencial y, además, exporta más tomate respetando el precio de referencia normal. Por esto, las exportaciones de Marruecos superan las cantidades previstas en el contingente. No es verdad que “se importa mas de lo acordado” porque no hay limite cuantitativo a las importaciones que respeten las condiciones generales.

En cambio, es cierto que “el precio preferente está desactualizado”. El precio de referencia fue fijado en el marco del acuerdo que puso fin a la Ronda Uruguay y se calculó en 1994. La inflación que hemos sufrido desde entonces ha venido a erosionar este mecanismo protector.

Pero es un problema de muy difícil solución porque es general, afecta a otros productos dentro de la Unión Europea y otros muchos países que tienen fijados aranceles no en forma de porcentaje del valor de la mercancía sino en términos absoluto.

Una “actualización” de dichos precios requiere un nuevo acuerdo en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que debería ser aprobado con la unanimidad de todos sus miembros, lo que equivale a decir que es imposible.

El mecanismo de cálculo

Estas reglas son las que están en vigor desde incluso antes de que España ingresara en las Comunidades Europeas y, muy especialmente, desde la entrada en vigor de la OMC. Pero hemos dicho que el ritmo de aumento de las importaciones de tomate de Marruecos se ha acelerado estos últimos 10 años. Cabe preguntarse que ha pasado para que esto se produzca.

Esta pregunta tiene una respuesta clara. Hace 10 años, la Unión Europea cambio el método de calculo de los precios de mercado del tomate marroquí, elemento esencial para compararlos con el precio de referencia.

Antes, el precio que se consideraba para esta comparación era el precio del tomate redondo, el producto estándar. El cambio consistió en sustituir este mecanismo sencillo y transparente por otro, el cálculo del valor medio ponderado de todos los tomates que vende Marruecos, desde el tomate redondo al tomate en rama y las distintas especialidades.

El resultado de este cambio es que este precio “medio” es siempre mas elevado que el del tomate redondo, facilitando la entrada de tomate a precios más bajos que el de referencia si, al mismo tiempo (como ocurre siempre) se importan también especialidades de tomate.

Este cambio, realizado a petición de Marruecos, es una decisión europea a la que se opusieron España e Italia y tengo mis dudas sobre el voto final de Francia. Como tal decisión europea, cabe perfectamente el volver a la situación anterior. Esta me parece una reivindicación legítima, técnicamente factible y políticamente defendible en base a los resultados negativos para los productores europeos de la decisión anterior. Rectificar es de sabios, sobre todo cuando se puede evaluar las consecuencias negativas que este cambio ha generado.

Dicho esto, no es una solución políticamente sencilla, vista la importancia estratégica que desempeña el reino de Marruecos en temas tan importantes para Europa como la pesca, el control de los flujos migratorios, el trafico de drogas y la contención del radicalismo islámico.