José Miguel Calle Torres, socio de Campo y Tierra de Jerte, y Antonio Marín Almodóvar, socio fundador de Valle del Guadiana explican el objetivo común: “Se trata de un acuerdo estratégico a largo plazo que conduce a una unión definitiva vía societaria. Es lo mismo que están haciendo los fondos de inversión que, comprando empresas del sector, tratan de reunir conocimiento y experiencia”. Queremos aunar recursos, conocimiento y experiencia para escalar nuestros proyectos y llevarlos al siguiente nivel”.
Los dos vienen de empresas familiares donde apoyan al agricultor. Por un lado, Campo y Tierra es productor, pero además tiene una plataforma comercial muy potente que les permite llevar la cereza a todo el mundo, con una marca conocida. Su producción, entre fincas propias y alquiladas, rondan las 390 ha, todas ellas ubicadas en el norte de Cáceres. Y Valle del Guadiana, cuenta con 430 ha en propiedad entre Ayamonte y Villablanca, destinadas a la producción de aguacate y pitahaya.
Con este acuerdo, según explica José Miguel Calle, daremos un uso más completo a nuestras instalaciones durante todo el año. “Nosotros revolucionamos en el Jerte, las cerezas se trataban de manera muy tradicional, sobre todo en lo referido a la comercialización. Y nosotros dotamos nuestras instalaciones con esa tecnología que permite llegar mucho más allá”. “No solo tenemos cerezas, también nos dedicamos a la producción y comercialización de ciruelas, castañas, espárragos ecológicos y mermeladas”.
Por su parte, Antonio Marín comenta: “Valle del Guadiana aprovechará la infraestructura y el posicionamiento comercial de Campo y Tierra para atender no solo al mercado nacional, sino también al internacional. Nuestro objetivo es duplicar o triplicar facturación. Contamos con una larga experiencia en la producción hortofrutícola, con campos también en Toledo, vinculados al olivo, almendro, pistacho, viña, cereales, aromáticas, etc. Estamos en los inicios de la producción de aguacates, pero el propósito es alcanzar las 6.000 t en la proporción actual, aunque nuestro proyecto también está en crecimiento y prevemos expandirnos por la zona que, según el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea “La Mayora”, es muy adecuada para este cultivo. Es, por tanto, un proyecto bastante joven, que empezó en 2018, si bien la plantación no arrancó hasta 2020 o 2021. Hay una finca que estamos plantando este año y hay que esperar a que produzca”.
José Miguel añade: “Campo y Tierra ha padecido los efectos de tres campañas desastrosas, sobre todo las dos últimas, por causas meteorológicas y hay que añadir otros factores como el conflicto entre Rusia y Ucrania -que abrió las puertas en Europa a la cereza de origen turco, a precios más bajos- han debilitado las cuentas de esta empresa que, en 2023, emprendió una reestructuración financiera que ha dado solidez al proyecto”.
“Ha sido el peor en los últimos 35 años de producción de cereza en España, con unas pérdidas del 70% de la producción. La sociedad concluyó 2022 -último ejercicio conocido- con ventas netas de 19,99 M€, un 19% por debajo de los 24,66 M€ del año anterior, y registró pérdidas de 1,15 M€. En el período comprendido entre 2015 y 2021, el desembolso global que tuvimos ascendió a 27,48 M€, -según datos de registro mercantil- y nuestros ingresos netos, en situación normal, rondarían entre 25 M€ y 30 M€, por lo que el objetivo de este acuerdo con Valle del Guadiana es duplicar o triplicar casi esa facturación”, expone José Miguel.