Las exportaciones españolas de frutas y hortalizas frescas han estado creciendo de forma ininterrumpida desde hace casi cinco décadas tanto en volumen como en valor. En paralelo también lo han hecho las importaciones, pero a menor ritmo, por lo que el balance siempre ha sido positivo y creciente.
Sin embargo, algo ha pasado a partir de 2019 con los volúmenes y los precios. Los acontecimientos se produjeron en cascada, la pandemia en 2020 y la guerra de Ucrania en 2022 que alteraron de forma significativa la situación geopolítica mundial y provocaron unos fuertes incrementos de precios en energía, transporte y materias primas que incidieron directamente en el comercio mundial.
Evolución de las importaciones en volumen y valor
Las importaciones españolas de frutas y hortalizas frescas han crecido de forma constante en las últimas décadas (Gráfico 6). Las frutas han pasado de 701.000 a 2,47 millones de toneladas; y las hortalizas de 543.000 a 1,87 millones de toneladas, lo que ha supuesto que las importaciones totales de frutas y hortalizas frescas hayan crecido un 250% entre 1995 y 2023, pasado de 1,24 a 4,34 millones de toneladas. El cuadro nos da también una información cualitativa significativa en comparación a la evolución de las exportaciones.
Durante la última década las importaciones han crecido en volumen de forma constante mientras que las exportaciones lo hicieron hasta 2019, y a continuación decrecido de forma constante.
Si a continuación bajamos al detalle de la evolución durante la última década, 2013 a 2023, en volumen y en valor de esas (Cuadro 4) vemos que en crecimiento interanual en toneladas se observa una regularidad media cercana al 6% interanual, excepto en el año récord de exportación española que fue 2019. Sin embargo, en el valor de estas importaciones se sitúa seis años por debajo del 10% y cuatro por encima, siendo el mayor crecimiento en valor el correspondiente al último año 2023, que creció el 18,65% respecto a 2022, en el que a su vez el crecimiento respecto al 2021 fue del 14,45%. Como vemos, el valor de las importaciones, de forma similar a las exportaciones, ha crecido mucho más en valor que en volumen.
Si bajamos al detalle de las diferentes subfamilias de productos y la evolución de las importaciones durante este periodo (Cuadro 5), observamos que el crecimiento medio acumulado durante el periodo ha sido del 70,60%, correspondiendo a las hortalizas el 61,14% y a las frutas el 79,35%.
En términos de volumen absoluto son las patatas el primer producto y el único que supera el millón de toneladas, representando el 26,51% sobre el total y el 58,40% de todas las hortalizas.
En volumen les siguen los productos exóticos con algo más de medio millón de toneladas, encabezados por los aguacates y las piñas que suponen el 12,72% del total y el 23,30% del total de frutas.
Si observamos los datos en términos relativos, los mayores crecimientos de hortalizas los tienen pimientos (+178,17%) y cebollas (+120,02%), mientras que solo se mantienen estancas las judías (-13,43%). En el caso de las frutas son los frutos rojos y en particular arándanos y frambuesas, también las fresas, que con un crecimiento del 667,03% llevan este grupo a cerca de las 100.000 toneladas, la mayoría de las cuales proceden de Marruecos. Si bien los otros grandes crecimientos por encima de la media los marcan los exóticos (+173,07%) y las sandias y melones (+157,26%). En este caso el grupo que se mantiene estable es el de las frutas de hueso cuyo consumo sigue muy centrado en la estacionalidad de nuestra propia campaña y que en parte se debe a las condiciones intrínsecas de estas frutas en cuanto a la vida media en los lineales, que no facilita las importaciones del hemisferio sur.
Origen de las importaciones
Cualquier país del mundo importa frutas y hortalizas frescas porque no las puede producir y las puede pagar, o porque le interesa más importarla de otros países porque son más competitivos en costes, aunque el mismo pudiera producirlas, pero más caras.
Evidentemente, España no es ajena a este hecho y para observar los principales países de los que España importa, hemos elaborado una tipificación de las principales razones por las que se importa de cada uno de los primeros 20 países que enviaron a España el 92,86% del total de las importaciones del año 2023. Estas son:
- Especialización. Cuando de mayor o menor calidad España puede producir el producto que se importa, pero el que llega de otros países es mejor en calidad intrínseca por causas orográficas y/o climáticas, como es el caso de las manzanas de los Alpes italianos o franceses. También puede de ser por tecnología en mecanización o en conservación, como es el caso de las patatas francesas o las cebollas holandesas.
- Reexportación. Por cuestiones logísticas como es el caso de Portugal, gracias a la ubicación de sus puertos, o Países Bajos y Bélgica, donde además su tradición importadora les imprime una alta profesionalidad operativa.
- Competitividad. Básicamente se refiere a costes directos y en particular al de la mano de obra, pero también a los menores costes que suponen no estar bajo las exigencias en uso e fitosanitarios, en materia de medio ambiente o de respeto a los derechos humanos, respecto a la producción europea. En este caso se encuentran Marruecos y Egipto en primer lugar.
- Zona Tropical. Afecta directamente a cultivos como las bananas, la piña o el Mango, entre otros, y a Costa Rica, Colombia o Costa de Marfil, por ejemplo.
- Hemisferio Sur. Los productos de zonas templadas, como es el caso de los cítricos o las sandias y melones entre otros, entran directamente en este capítulo ya que para cubrir correctamente los doce meses del año si el mercado los solicita necesitas combinar hemisferios. En este caso se encuentran directamente países como Sudáfrica, Perú o Chile.
Evolución de la balanza comercial
La balanza comercial española de las frutas y hortalizas frescas ha sido positiva desde que existen estadísticas mundiales. Ya desde mediados del siglo XIX y de la mano de naranjas y uvas fundamentalmente así ha sido. La entrada de España en Mercado Común en 1986 marcó el inicio del crecimiento de las importaciones ya que esta entrada obligaba España a abrir las fronteras a toda una serie de productos que hasta ese momento se mantenían cerradas. Aunque fue la puesta en marcha del Mercado Único, a partir de 1993, cuando las cifras de exportación crecieron siempre por delante del crecimiento de las importaciones, hasta 2019.
El Gráfico 7 recoge la evolución conjunta, durante la última década, de las exportaciones, las importaciones y la balanza comercial de las frutas y hortalizas frescas.
Entre 2013 y 2021 las cifras de la balanza comercial españolas de frutas y hortalizas fresca se movía entre 9,4 y 10,2 millones de toneladas. En 2022 fue de 8,22 millones de toneladas y en 2023 de 7,25 millones, cifra similar a la que se alcanzó en 2009.
¿Qué pasará con las importaciones?
Existen dos factores determinantes sobre el consumo interno de cualquier país, la evolución de la población y la situación económica del mismo. En cuanto a la evolución de la población española, según los datos del INE, en el periodo que hemos estudiado la población ha pasado de 46,51 millones a 48,59 millones, ha crecido en 2 millones de consumidores. Pero, debemos tener en cuenta que los turistas han pasado de 60 millones y 6 días de pernoctación media a 85 millones y 7,5 días de pernoctación, lo que equivale a un aumento de la población turística de 1 millón a 1,75 millones. Por lo tanto, en cuanto a población equivale a pasar de 47,5 a 50,3 lo que supone un incremento del 6% de la población. Y de momento el desarrollo de la economía de los últimos años ha sido bastante positivo en general.
Hay otro factor que hasta hace pocos años no se podía considerar relevante en España y son las operaciones comerciales de reexportación. En estos momentos, España exporta 130.000 toneladas de bananas y 37.000 toneladas de piña, que son productos que no se producen ni en la Península ni en Canarias. Por otro lado, se exportan cerca de 70.000 toneladas de aguacates, 30.000 toneladas de mangos y alrededor de 130.000 toneladas de cítricos en fechas que se puede estimar que son reexportaciones. Este paquete supone cerca de 400.000 toneladas.
Por lo tanto, teniendo en cuenta los tres factores que hemos señalado, incremento de población y turismo, evolución de la economía y desarrollo de la reexportación, pienso que a corto plazo se mantendrá un ligero crecimiento interanual de las importaciones.
¿Qué pasará con la balanza comercial de las frutas y hortalizas frescas?
Como hemos resaltado, la balanza comercial exportación menos importación del año 2023 para las frutas y hortalizas frescas en volumen de toneladas ha sido de 7,25 millones. En términos de toneladas estimamos que a corto plazo no va a disminuir mucho está cifra porque esperamos que en 2024 se recuperen más las exportaciones que lo que crezcan las importaciones.
Otro debate es el valor que se podrá obtener para las exportaciones y lo que valdrán las importaciones. Ya que la balanza comercial en valor no ha disminuido a lo largo de los cuatro años de descenso en toneladas, como vemos en el Cuadro 7.
Algunas ideas para el futuro inmediato
Analizados con detalle todos los datos sobre la evolución de las exportaciones españolas de frutas y hortalizas frescas, podemos aportar algunas ideas básicas para prever la evolución en el futuro inmediato.
En tal sentido, todo apunta a que se mantendrá el incremento de valor de las exportaciones españolas en términos de precio/kilo por los siguientes motivos:
- Porque estamos en Europa, y los procesos comerciales con otros países europeos generan mucha menos huella de carbono que lo que llega de países terceros.
- Porque cultivamos con criterios más respetuosos con el medio ambiente.
- Porque los trabajadores del sector de las frutas y hortalizas tienen todos sus derechos laborales y sociales.
- Porque se están segmentando calidades hacia valores premium que convencen cada vez más a los consumidores europeos.
- Y porque la innovación está permitiendo mantener la competitividad y puede conseguir que España mantenga el actual liderazgo exportador tanto en volumen como en valor.
Sin olvidar, que en un mundo cada vez más globalizado y consciente de la sostenibilidad, es fundamental valorar el producto europeo. La producción agrícola europea se distingue por su compromiso con prácticas sostenibles, normativas laborales rigurosas y estándares de calidad elevados. Al elegir productos europeos, los consumidores están apoyando una agricultura más respetuosa con el medio ambiente y socialmente responsable.
Además, valorar el producto europeo contribuye a fortalecer la economía local y regional, promoviendo el empleo y la prosperidad en las comunidades agrícolas. Al mismo tiempo, al priorizar la compra de productos europeos, se reduce la huella de carbono asociada al transporte de mercancías desde otras partes del mundo.
En resumen, valorar el producto europeo no solo implica reconocer su calidad y origen, sino también respaldar prácticas agrícolas y comerciales que promueven la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades locales. Es una decisión que beneficia tanto a los consumidores como al medio ambiente, y que contribuye a construir un futuro más próspero y equitativo
para todos.
Nota del autor
En este artículo se han utilizado las cifras de Datacomex disponibles, que van desde 1995 a 2023. Se ha trabajado con las partidas arancelarias 07 Hortalizas y 08 Frutas; aunque, para poder hacer el análisis solo de las frutas y hortalizas frescas, se han usado las partidas arancelarias 0701 a 0709 en el caso de las hortalizas, no considerando las siguientes para excluir las cocidas, conservas o congeladas.
Y en el caso de las frutas se han excluido 0801 cocos, 0802 almendras, nueces, pistachos y se han usado desde 0803 hasta 0810, excluyendo el resto que son las conservas, los congelados y otras partidas no frescas.
Fuente: Distribución y Consumo