BASF | Nunhems reunió el pasado jueves, 16 de mayo, a un centenar de profesionales del sector productor y comercializador de lechuga en un encuentro que, bajo el título ‘La mejor solución para la Bremia y el Fusarium’, puso en el centro del debate ambas problemáticas en la Región de Murcia, principal zona productora nacional con más de 420.000 toneladas anuales.
En el caso de la Bremia, en julio de 2023, la Junta Internacional de Evaluación de Bremia (IBEB, por sus siglas en inglés) nombró tres nuevas razas (Bl: 38EU, Bl: 39EU y Bl: 40 EU); mientras que, en lo que respecta al Fusarium, si bien lleva años presente en el campo, ha sido en las últimas campañas cuando ha aumentado su incidencia en zonas y fechas poco habituales.
“Hasta la campaña 2023, las zonas más afectadas eran el noroeste, Valle del Guadalentín y el Altiplano”, recordó durante la jornada María del Mar Guerrero, investigadora del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA). Sin embargo, “este año se ha aislado por primera vez en el Campo de Cartagena, poniendo en peligro la superficie de cultivo también en esta comarca”.
El Fusarium oxysporum f. sp. lactucae es un hongo de suelo y vascular que se introduce en la planta por las raíces y asciende hacia los haces vasculares, provocando el oscurecimiento del sistema vascular, amarilleamiento de las hojas exteriores y necrosis. El resultado final es “la reducción del crecimiento y muerte de la planta”, explicó Guerrero.
Hasta el momento, su incidencia era más frecuente en los cultivos de verano, si bien, en los últimos años, se ha extendido hasta el otoño, e incluso, parte del invierno, como consecuencia de unas temperaturas cada vez más suaves. Además, y según la investigadora del IMIDA, “el problema puede ir a más”, sobre todo, por dos cuestiones fundamentales: por un lado, la acumulación del inóculo en el suelo; y por otro, el adelanto de las plantaciones a épocas de más calor.
Entre las soluciones para contrarrestar su incidencia, Guerrero apuntó a la biosolarización de los suelos para la reducción del inóculo antes de la plantación, y al uso de variedades genéticamente resistentes.
Un portfolio renovado
“Cuando hace dos años apareció una nueva raza de Bremia comenzamos a enfocarnos en el desarrollo de variedades resistentes a esa raza”, recordó, por su parte, Gregorio Pérez-Crespo, Principal Local Product Specialist Leafies Iberia & Team Lead Trial de BASF|Nunhems.
Hoy, la casa de semillas cuenta con un portfolio renovado de variedades de iceberg con resistencias completas a Bremia (16-40) y a Fusarium (Fol) 1 y 4. Con todas ellas, cubre el ciclo de trasplantes desde el otoño temprano hasta el inicio de la primavera, aportando mayor seguridad al productor y también al comercializador.
Pero no solo eso. Las nuevas variedades de lechuga iceberg de BASF|Nunhems han demostrado en las dos últimas campañas un buen comportamiento, incluso, frente a bacteriosis, sobre todo, podredumbres blandas. Esta es una problemática poco común en el Campo de Cartagena, pero que, con ciertas condiciones climatológicas, puede llegar a desarrollarse. “Los episodios ocurren inesperadamente y provocan bastantes daños en el corto plazo”, apuntó Daniel Bellón, Senior Scientist de BASF|Nunhems.
La iceberg es la tipología más sensible a este tipo de bacteriosis por su mayor contacto con el suelo, que da lugar a hojas cloróticas y, posteriormente, necróticas, con una pudrición blanda. Este tipo de bacteriosis es común en el cultivo de la patata, muy arraigado en el Campo de Cartagena; de ahí que, las recomendaciones de BASF|Nunhems pasen por no rotar el cultivo de lechuga en suelos en los que se haya cultivado patata previamente. Además, “donde sea posible, es preferible no usar manta térmica, ya que favorece su crecimiento”.
* APC concedido y en proceso de solicitud para la inclusión en el EC Common Catalogue of Vegetable Varieties.
° La variedad es solo para prueba y solo para inspección visual. El material de la variedad no está disponible para terceros sin acuerdo.