El agua, Doñana y la mala reputación
Este paranoico ha pasado la mayor parte de su vida profesional en el análisis de mercados y la prospectiva a corto, medio y largo plazo. Por esto es un Paranoico y por esto está profundamente inquieto con las noticias que le llegan sobre la legalización de nuevos regadíos en el entorno (más o menos próximo) del parque de Doñana.
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Los regantes potencialmente beneficiados tienen argumentos, en particular, la discriminación respecto a otros regantes que entraron en la legalización anterior y en la distancia que les separa del parque.
Pero la situación la resumiría de la siguiente manera, en 5 puntos:
1. Estamos en plena sequía.
2. Falta agua, para el Parque y para los cultivos.
3. Hay pozos ilegales.
4. En un futuro, las disponibilidades efectivas anuales de agua se van a alejar cada vez más de las medias, porque las lluvias van a ser cada vez más irregulares.
5. El consumo de agua por las ciudades y el turismo va a seguir aumentando.
Algo habrá que hacer. Alguna vez me han dicho que esta legalización no tendría impacto alguno porque la gente ya está regando. A ver si alguien se atreve a presentar este argumento ante la Corte de Justicia Europea cuando la (des)protección de Doñana llegue a este Tribunal.
Una “irresponsabilidad”
En las instituciones europeas, si un funcionario firma con conocimiento de causa un procedimiento que es ilegal, es responsable con su propio patrimonio de los gastos, multas y reembolsos que se puedan generar. Si no quiere arriesgarse, puede no firmar y la responsabilidad es entonces asumida por su superior jerárquico si este asume el riesgo de firmar. Otro gallo nos cantaría si los responsables de una propuesta supieran que arriesgan su patrimonio personal cuando la presentan, la aprueban o la ejecutan. Es una medida de gran eficacia, unida con la protección del denunciante de irregularidades, para eliminar de raíz la corrupción y el compadreo político.
Yo mismo me negué varias veces a firmar expedientes. No les gustó nada a algunos de mis jefes de entonces que se vieron obligados a asumir una responsabilidad que hubieran preferido no tener que asumir pero, cuando aparecieron los problemas, yo estuve a salvo. Yo guardaba estos expedientes por partida doble, uno en mi despacho cerrado con llave y otro en un lugar seguro que no era mi casa. Tengo que decir que en algunos momentos, entre cuatro funcionarios, fuimos responsables de unos 6.000 millones de euros de gastos anuales.
Entre todas la mataron y ella sola se murió. En este sentido en España, estamos ante unos “irresponsables” desde el punto de vista estrictamente jurídico, es decir unos que no asumen la plena responsabilidad (incluso financiera) de sus propuestas, votos y actuaciones.
La mala reputación
Pero bueno, yo no soy especialista en política hidráulica y soy incompetente para determinar cuántas hectáreas y cuales hectáreas se pueden regar en el futuro de una manera sostenible en el entorno del Parque de Doñana. Me temo que son incluso menos de las que se riegan hoy pero dejemos hablar a los especialistas.
En cambio, el daño reputacional que se está haciendo a todo el sector hortofrutícola español, en primer lugar a la horticultura de invierno de la costa andaluza y murciana y a los frutos rojos de Huelva es tremendo. Producimos para la exportación, principalmente a los mercados del centro y del norte de Europa. Ya varios supermercados suizos, alemanes e ingleses se han mostrado inquieto con las noticias referentes (entre otras) a las condiciones de trabajo de los trabajadores temporales, a la situación del Mar menor y al abastecimiento en agua del parque de Doñana.
Entre el auge del consumo de productos de temporada; la prioridad dada a las producciones locales; el auge de las ventas directas; el crecimiento de la producción en los invernaderos holandeses, belgas y alemanes; el desarrollo de la producción en Marruecos y Turquía, nuestra producción de frutos rojos tal y como la conocemos está en peligro. Si a esto le sumamos los resultados del estudio de mercado de Normec Foodcare en el 2021 sobre la satisfacción de los consumidores con la calidad (cierto, de los arándanos) que consumen (2 consumidores de 3 en los Países Bajos y 4 de cada 5 en Alemania estaban descontentos con el sabor de los productos), ya no hablamos de nubarrones, hablamos de tormentas.
Cuando esto ocurra, si seguimos dando argumentos, y de los buenos, a nuestros competidores, pagarán y sufrirán todos, los que tienen agua legal hoy y los que la tendrían (si la hay) mañana; los de los pozos legales y los de los pozos ilegales. Buena parte de los “irresponsables” políticos y administrativos de hoy se habrán jubilado o estarían en otros menesteres pero los agricultores, sus familias y sus explotaciones seguirán aquí.
El tema es muy grave. Se ha metido la política por el medio y el cortoplacismo ante las próximas elecciones municipales y autonómicas en vez de abrir un gran debate público y sereno en Andalucía sobre el futuro de la horticultura y la fruticultura.
Lo dicho, más pronto que tarde, van a pagar justos por pecadores. Pagarán los agricultores y sus familias, nunca los “irresponsables”.