* Fermín Sánchez Navarro. Director General de GRUVENTA
Acreditar una marca en frutas y hortalizas es una tarea ardua y difícil, y no se consigue en poco tiempo, ya que a base de un trabajo diario e intenso, y con muchos años de esfuerzos, se puede prestigiar una marca en determinados mercados. En esta tarea, es imprescindible contar con un eficiente departamento de marketing, básico en cualquier entidad empresarial moderno, pues hacer «marca comercial» depende de muchas cosas, de una adecuada política de comunicación y de una activa presencia en redes sociales.
Pero además, el conocimiento de una marca permite acceder a determinados mercados de exportación, en base a un trabajo profesional que se consigue después de años intensos de esfuerzo, y con un equipo de excelentes profesionales. Pues las cosas no vienen por sí solas, y en todo lo que rodea el mundo del marketing, es fundamental dos cuestiones: Paciencia y mucha Dedicación.
De hecho, muy pocos actores en el sector de las frutas y hortalizas tienen una marca consolidada. En este sentido, hay que destacar las firmas Del Monte, Gigante Verde o Zespri, que sí han consolidado marcas de prestigio. Pero todavía queda mucho por hacer tanto en la esfera internacional como en el propio mercado nacional.
Pero, además, es de máxima prioridad y fundamental tener una dinámica presencia en Internet con un tráfico constante en Google, y por supuesto apoyarse en redes tan importantes como Facebook y Twitter, unido a Linkedin, son elementos básicos que deben integrar la política de marketing de cualquier operador hortofrutícola.
Reconocimiento a la CALIDAD
Independientemente de todo lo expuesto, es obvio que la marca es un reconocimiento a la CALIDAD del trabajo bien hecho, y este aspecto debe tenerse muy en cuenta en una empresa hortofrutícola, y para ello es fundamental producir y comercializar unos productos de máxima calidad.
Para posicionar marca, es muy importante consolidar unos sólidos canales de distribución en los mercados exteriores y apostar decididamente por una internacionalización que permita la mayor expansión de la empresa.
Es evidente que el «poder de la marca» se consigue después de una intensa labor, y con una estrategia clara y muy bien desarrollada, que muy pocas empresas saben aplicar, pero que una vez obtenida es un parámetro imprescindible para mejorar la competitividad empresarial y, especialmente, para incrementar la rentabilidad en la empresa.