Al Planococcus citri (cotonet de los cítricos) se ha sumado la especie Delottococcus aberiae (cotonet de Sudáfrica), una plaga importada y detectada por primera vez en 2009, pero que en los últimos años se ha agudizado tras quedar inhabilitado el uso de determinados productos, explica a Efeagro Abel Regal, técnico de la cooperativa Sant Josep de Burriana (Castellón), del grupo Intercoop.
En esta localidad, capital de la comarca de la Plana Baja y una de las principales zonas productoras de cítricos del país, el cotonet afecta a casi todas las fincas, señala Regal, y es posible verlo tanto en las naranjas y mandarinas que recién brotan como en las que ya están maduras y deformadas por el efecto del insecto.
Esta cochinilla succiona la savia de los árboles y los debilita, al tiempo que provoca que los frutos sufren notorias alteraciones de tamaño y forma, haciendo que sea inviable su comercialización.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) apuntó el pasado año que el cotonet generó unas pérdidas de alrededor de 120 millones de euros en toda la comunidad autónoma y estimó que para la próxima campaña puede suponer un 60 % más.
«La situación es muy grave. El cotonet prolifera incluso en las raíces de las malas hierbas. Prolifera bestialmente porque la hembra suelta los ovisacos y cada uno de lleva 400 o 500 huevos, y pasa de un campo a otro con mucha facilidad», señala a Efeagro el director de la cooperativa Sant Josep, Juan Vicente Moros.
EN BUSCA DE UNA SOLUCIÓN
Los citricultores del lugar se encuentran en este momento en una fase de ensayo y error, y prueban diferentes soluciones para encontrar alguna efectiva en el control de la plaga.
Un agricultor de Burriana, que prefiere mantenerse en el anonimato, comenta a Efeagro que el año pasado perdió el 40 % de su cosecha de naranjas por culpa del cotonet, aunque es optimista y piensa que dentro de unos años, a fuerza de probar unos productos y otros, acabarán con este insecto.
En este contexto, ayudar a los agricultores a identificar las variantes de cotonet en sus diferentes etapas de desarrollo y proponerles una estrategia para combatirlo con tres herramientas biológicas y una digital ha sido el objetivo de un taller que la compañía Bayer ha impartido en la cooperativa Sant Josep.
Se trata del taller decimoquinto que realiza Bayer en la Comunidad Valenciana, en el marco de un programa cuyo objetivo es mejorar el conocimiento y formación de los pequeños y medianos agricultores y ayudarles combatir el cotonet en el momento más adecuado.
«El estadio de la plaga marca gran parte de la eficacia que puede tener el tratamiento«, precisa a Efeagro el asesor agronómico de Bayer José Capella, quien destaca por tanto la importancia de estos talleres para que el profesional sepa cuándo tiene que aplicar cada producto.
La estrategia que propone la empresa es combinar el uso de una trampa para insectos que se cuelga en las ramas de los árboles; un aceite biológico, que funciona como inhibidor de la respiración de individuos y huevos; y un insecticida, que contiene un componente químico, pero autorizado y respetuoso con el medio natural.
Una apuesta que se completa con la herramienta digital Cropping View, una aplicación digital que proporciona al agricultor una red de avisos por comarca sobre el estado de una plaga y le indica cuándo es el momento óptimo para aplicar el tratamiento.
«A nivel social se nos está pidiendo que produzcamos de manera más sostenible y Bayer está liderando ese cambio. Tras haber liderado la venta de productos químicos para la agricultura en los últimos años, estamos ahora en camino de liderar las ventas y producciones de productos biológicos», indica a Efeagro, el director de Bayer para noreste de España, Diego Manresa.
En números, Manresa detalla que en 2020 la venta de productos biológicos para el campo representó el 1 % de la facturación de Bayer, mientras que en esta campaña se eleva hasta el 40 %, y anuncia que para 2025 el objetivo es que suponga entre el 70 y el 80 %.