Aunque esta vez haya sido espectacular, siempre han subido los precios cuando hace mal tiempo», advierten los 30 años de experiencia de Manuel Martín, detrás de su puesto de frutas y verduras del madrileño Mercado de Maravillas. El encarecimiento de los productos hortícolas –sobre todo de calabacines, berenjenas, judías verdes y verduras de hoja como la lechuga–, sufrida por los temporales de lluvia y frío durante este inicio de 2017, ha sido tema de conversación recurrente entre tenderos y clientes. Ayer lo seguía siendo, pero para manifestar el alivio generalizado en los bolsillos –a uno y otro lado de los puestos– por la bajada de los costes de estos productos de primera necesidad.
De los 5 euros de media por kilo que han llegado a costar los calabacines, ayer se podían comprar entre 1,40 y 1,80 euros por kilo. «Es un precio razonable para un producto que no es de temporada», matizan Jesús y Javier Alcantarilla. Estos fruteros del Mercado de Ventas «educan» a sus clientes sobre las verduras que deberían comer durante estos días por su calidad y precio asequible. «Las alcalchofas (1,79€/kg), el brócoli (1,49 €/Kg), la coliflor (1,50 €/Kg) o la calabaza (1,50 €/Kg) son los productos que están en su mejor momento», aseguran.
Pese a la bajada generalizada de precios –estables desde la semana pasada, según los informes oficiales que elaboran organismos como Mercasa–, hay algunas verduras, como las judías verdes, que siguen a precios «prohibitivos». Ayer rondaban los 4 euros por kilo, de media, en los puestos de los mercados de la capital. «A nosotros no nos viene nada bien que los precios estén tan altos. El género apenas tiene salida así y los márgenes de beneficio para nosotros son muy pequeños», cuenta a ABC Antonio Fernández, desde su bancada del Mercado de Maravillas. «En eso tiene razón, yo a ese precio no compro. Que se lo coman ellos. A río revuelto, ganancia de pescadores», espeta, sin pudor, Rafael Díaz, un cliente de toda la vida. Otra compradora, María Rosa Suárez, señala otro problema: «Los precios han bajado, es verdad, pero la calidad también», dice señalando una caja de berenjenas poco vistosas. «Ni compré calabacines cuando estaban a 5 euros ni los compro ahora, que han bajado. Están hechos una pena», dice.
Algo parecido ocurre con las lechugas. «Hace unas semanas subieron el precio ligeramente. Las famosas “iceberg” –que generaron el caos en Inglaterra a principios de febrero, racionándolas en los supermercados– se venden hoy a 1,20 euros. Solo 20 céntimos más caro de lo habitual. Pero, aún así, no compensa comprarlas. Vienen con un calibre muy pequeño y no saben a nada», dicen los hermanos Alcantarilla. «Es mejor comprar lechuga de la variedad Batavia o la Hoja de Roble», concluyen.
Disparidad entre los precios
A pesar de la bajada generalizada, la horquilla de precios de un mismo producto en distintas bancadas –e, incluso, diferentes mercados– es amplia. «Hay muchos precios para un mismo producto, pero también muchas calidades. Tenemos que saber lo que compramos. El frutero es el mejor aliado y hay que dejarse recomendar por él», defiende Carlos Marqués, otro cliente del Mercado de Maravillas.
«Lo peor creo que ha pasado. Todavía hace falta que bajen otros productos que, siendo de temporada, están caros. Por ejemplo, los puerros (2,49 €/Kg), que están un euro por encima de lo normal», comenta Keisy Alcántara, otro tendero.
Fuente: www.abc.es
