“Se impone el criterio de calidad frente al precio”. IGP AJO MORADO DE LAS PEDROÑERAS
El crecimiento de la variedad Spring ha tocado techo a favor de la puesta en valor de la variedad Morada.
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En la campaña pasada, China tuvo un importante volumen de producción que afectó negativamente a la comercialización del ajo español. ¿Qué balance realizan desde la IGP?
Cualquier análisis que se precie de riguroso no puede soslayar que China es quien marca el devenir del mercado internacional del ajo. Son, con más del 80% de la producción mundial, los que mueven los hilos, están presentes en todos los continentes y marcan los precios.
También hay que tener en cuenta que nuestro país, sin ser tan potente como China, es el segundo operador comercial mundial de ajo, con un continuo crecimiento en volumen y valor en las últimas campañas que, en la pasada, la 2017, ha sufrido un ligero parón en volumen de exportaciones y ligera caída de precios. Somos los principales suministradores de ajo en la UE, estamos en la práctica totalidad de países que la componen y tenemos una importante presencia en mercados de Asia, América, África y Oceanía. Las crisis cíclicas que impone el gigante asiático cada determinado periodo de años parece que toca ya, 2017 se cerró a duras penas y todo apunta a que 2018 va a ser problemático por varias razones. China produjo mucho en 2017, dispone de importantes estocajes, la previsión de producción en 2018 aumenta y, en Europa, nosotros como principales productores, hemos aumentado la superficie en un 10 %. El panorama que se nos presenta no es nada alentador, y, además, las cotizaciones de las últimas semanas (mediados de marzo), y previsiblemente hasta la llegada de la nueva cosecha, apuntan a la baja.
En la IGP estamos satisfechos de la campaña 2017, ya que hemos vuelto a superar el listón de kg comercializados, pasando ya las 2.300 toneladas. Es aún una cifra baja si la comparamos con nuestro potencial real de 20.000 toneladas, pero poco a poco vamos mejorando y aumentando el compromiso de las empresas asociadas con la marca y su introducción en nuevos mercados.
En los últimos años, se está recuperando ligeramente la superficie de ajo Morado frente al Spring, porque al fin se ha logrado una diferenciación en valor. ¿Cree que sus actuaciones de promoción han sido fundamentales?
No tenemos clara si esa tendencia creciente en favor de la siembra de la ahora llamada oficialmente variedad primavera se ha frenado o no, en detrimento de la variedad Morada. Lo cierto es que, en el cómputo general de hectáreas de ajo que se han sembrado en la presente campaña, y en el caso de Castilla-La Mancha, los porcentajes que ya se registraban en campañas precedentes se mantienen, representando aproximadamente la superficie de la variedad primavera un 50 % del total, la variedad Morada un 45 % y la blanca un 5 %.
Es obvio que existen diferencias entre las distintas variedades no imputables exclusivamente a razones productivas y de rendimientos. Creemos que la variedad primavera ha tocado techo en cuanto a superficie de siembra y no es por razones agronómicas, sino porque produce un ajo de distinta calidad, de peor conservación y diferente desde el punto de vista organoléptico, con menor sabor y pungencia (picor) que la variedad Morada. Creemos que los consumidores se van dando cuenta de ello poco a poco, gracias a la labor que, en parte y de forma continua, hacemos desde la IGP, explicando las diferencias que hay, las ventajas y desventajas de unas variedades con respecto a otras, imponiéndose el criterio de la calidad finalmente sobre razones de precio, que al cabo del año, poco afectan al bolsillo de los consumidores.
¿Cuál es el próximo objetivo del sector, bajo su punto de vista?
El subsector del ajo español ha mejorado y realizado importantes inversiones en la fase productiva y precomercial, profesionalizando la actividad de los productores y empresas, con tecnificación y adaptación a los requisitos del mercado y la competencia mundial, pero hemos olvidado una fase clave que es la mejora de la organización en origen. A pesar de ser un subsector pequeño, seguimos estando mal dimensionados y con una tremenda atomización, con pequeñas empresas incapaces de responder a los retos del mercado y que compiten entre ellas. Quizás es este, y como opinión personal, el terreno en el que se debería trabajar en los próximos años sin desmayo.