Queda mucho camino por recorrer
El mercado obliga al sector a una apuesta más firme por la sostenibilidad aplicada ahora a todos los eslabones de la cadena, más allá de los avances en producción o ahorro de agua.
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Sostenibilidad y competitividad van ya irreversiblemente unidos en el actual camino hacia la llamada economía circular, donde se prima la reutilización de recursos y se minimizan los residuos. Así lo dictan los objetivos estratégicos de la ONU o de la Comisión Europea y, sobre todo, un consumidor cada vez más concienciado y dispuesto a penalizar a quien no siga este concepto de sostenibilidad global que afecta a toda la cadena productiva y a todos los ámbitos de la empresa.
El sector de las berries de Huelva, con sus cultivos lindando con Doñana y el grueso de su producción en el exterior, lleva décadas avanzando en esta materia según lo van reclamando los clientes, pero queda mucho camino por recorrer. El mayor compromiso lo encontramos en aspectos como el ahorro de agua o la eficiencia energética de los almacenes, mientras que en producción sólo un tercio del sector se ha adentrado en sistemas más allá de la Producción Integrada como control biológico de plagas, residuos cero y ecológico. A la avanzadilla del sector, se sitúan las grandes empresas y los nuevos cultivos como frambuesas y arándanos por ser de naturaleza más “rústica” que las fresas.
Según calcula Javier Arizmendi, director de Operaciones de la certificadora Zerya, el empleo de insectos para ahorrar fitoquímicos se aplica en el 60 ó 70% de los nuevos frutos rojos, mientras que en la fresa apenas alcanza el 25%. En cuanto al residuo cero, el boom de hace unos años, cuando se alcanzó un 10% de la producción certificada, se ha rebajado al 4% actual. Sin embargo, la nueva tendencia es al crecimiento con un repunte en 2018 y previsiones al alza para este año.
Las nuevas variedades de fresa también contribuyen a un menor impacto en los recursos, mientras que en reducción de plásticos se están reduciendo los gramajes y se estudian alternativas más allá del reciclado. Para Rafael Domínguez, gerente de Freshuelva, las políticas de sostenibilidad son una prioridad para la mayoría de las empresas, aunque matiza que las demandas varían según los mercados. En países como Alemania, la prioridad es la reducción de plástico, mientras que otros mercados son más sensibles al impacto de los sistemas productivos.