La crisis ha provocado un cambio en el consumidor, por lo que el sector ha modificado la forma de dirigirse a él. ¿Qué papel juega el envase en esta nueva estrategia comercial?
Debemos diferenciar lo que está ocurriendo a nivel nacional e internacional. Mientras que en España sí es cierto que ha habido una tendencia clara hacia la sustitución del envase por otras fórmulas de presentación más económicas, en Europa se sigue apostando por el envase como un recipiente protector que sirve como escaparate unitario de frutas y hortalizas, y además como una herramienta de venta. Por ello, además de envases económicos, demandan productos innovadores.
¿Y cuál es la línea de innovación por la que apuesta Infia?
Nos centramos en ofrecer envases atractivos, elaborados a partir de materias primas recicladas, con alto valor añadido, que ayuden, como hemos comentado anteriormente, en la comercialización, y cuyos costes sean lo más reducido posible. Para ello es esencial trabajar con nuestros colaboradores locales y junto a nuestros clientes. Son ellos los que nos trasladan sus necesidades, las estudiamos, y le ofrecemos soluciones a medida, pues una de nuestras grandes ventajas frente a competidores es que contamos con un sistema mundial de servicio, lo que nos permite poder responder a cualquier demanda del mercado.
Dentro de la amplia oferta de Infia, ¿cuáles destacarían por su valor añadido?
En primer lugar, la nueva línea de envases termosellables, perfectamente adaptadas a las exigencias de los clientes, sobre todo internacionales. También Infia cuenta con un exclusivo sistema de perforación lateral, patentado por nosotros, que ofrece múltiples ventajas tanto en los termosellados y en los envases donde el producto necesita un pre-enfriamiento, que llega a ser hasta un hasta un 25% más rápido, por lo que además de aumentar la productividad en el almacén, provoca una interrupción inmediata de la maduración de la frutas, y en consecuencia, se prolonga su vida útil. Igualmente supone un ahorro energético del 25%.