Garantizando la trazabilidad total del ajo. SAN ISIDRO EL SANTO, SDAD. COOP.
La cooperativa San Isidro El Santo ha puesto en marcha esta campaña un proyecto pionero para proveer a sus agricultores de sus propias semillas de ajo, garantizando así la calidad del producto final.
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Fidelidad y confianza son las palabras que más se repiten durante nuestra entrevista con Mª José Arellano, gerente de la cooperativa San Isidro El Santo, una de las mayores productoras de Ajo Morado de Las Pedroñeras. “No solo tratamos de fidelizar a nuestros clientes gracias al cierre de contratos a largo plazo, sino que, gracias a ello, también logramos mantener los 140 puestos de trabajo de nuestros empleados”, explica. Esta estrategia de negocio les ha permitido salvar una campaña “muy irregular”, en la que los precios del ajo no comenzaron siendo los deseables pero, poco a poco, fueron evolucionando hasta alcanzar cifras razonables.
Con el nuevo ejercicio a la vuelta de la esquina, Arellano habla con ilusión, y mucha confianza, de su nuevo proyecto: “Estamos produciendo la semilla del ajo para nuestros propios agricultores”. Y, de hecho, la 2020/2021 será la primera campaña en la que, en San Isidro El Santo, controlen la calidad de su producto desde el inicio, garantizando así una trazabilidad total.
“ Estamos multiplicando la semilla del ajo para nuestros propios agricultores»
Gracias a esta iniciativa, para la que cuentan con la colaboración de la Diputación de Cuenca, consiguen aumentar la producción de sus agricultores y reducir los costes, ya que no tendrán que comprar la semilla: “Nosotros la multiplicamos y se la proporcionamos en función del número de kilos que comercializan a través de la cooperativa”. Estas son, además, semillas más vigorosas, de modo que resisten mejor los ataque de plagas y enfermedades y, con ello, contribuyen una vez más a minimizar los gastos. Y todo ello, al final, redunda en una mayor rentabilidad de sus cooperativistas.
Para San Isidro El Santo también supone una forma de aportar valor añadido, puesto que “podemos ofrecer a nuestros clientes un ajo cuyo proceso de producción controlamos desde el origen”.
Nuevos mercados
La firma exporta en torno al 40% de su producción anual –unos 15 millones de kilos-, que llega a prácticamente cualquier país consumidor de ajo, bien de forma directa o a través de intermediarios. Preguntada por sus próximos mercados potenciales, Arellano afirma con rotundidad que “no nos cerramos a nada” y, de hecho, están valorando la aceptación de su producto en China. “El consumidor chino está acostumbrado a ajos con un sabor más suave, pero con una buena línea comercial e informando, y formando, convenientemente a los consumidores, el Ajo Morado podría tener cabida en este mercado dispuesto a pagar más por un producto premium”.
Nuevo reto: la IV Gama
La cooperativa trabaja ahora en la puesta en marcha de una línea de ajo pelado y, de hecho, ya cuentan con las instalaciones y maquinaria necesarias.