La cooperativa Anecoop iniciaba la temporada de kaki en octubre con una pérdida de cosecha de en torno al 30% respecto a las previsiones de volumen comercial del mes de julio -que se situaba en las 110.000 toneladas- debido a la incidencia de cotonet que se empezó a ver con las primeras recolecciones. Pero la primera semana de noviembre, tras realizar una primera valoración del estado de las plantaciones tras la Dana, “estimamos una pérdida de cosecha de un 40% con respecto al año pasado en el mismo periodo, situándonos en niveles muy similares a hace dos campañas, en el que sufrimos un desastre productivo”, apuntan desde Anecoop, la principal cooperativa productora de kaki. La estimación en este momento es que contarán con un volumen pendiente de recolección de unas 50.000-60.000 toneladas, sin saber cuál va a ser el rendimiento real de la fruta, después de tanta agua.
El daño por el temporal ha sido heterogéneo, pero donde más consecuencias se han producido es donde se concentra el mayor volumen de producción, en la comarca de La Ribera. Se registran tres tipos de daño, uno, por presencia de viento y tornados, el segundo por pedrisco y el tercero por las inundaciones. Este último se ha producido, por un lado, por la propia fuerza del agua arrancando las plantaciones y, por otro, el que se producirá por exceso de agua y la asfixia radicular de las plantaciones. “Después de las lluvias, de lo que nos quede, el aprovechamiento será inferior y es previsible que la penetromía disminuya, factor clave para decidir si el producto se puede guardar en cámara de almacenamiento frigorífico”, señalan desde la cooperativa de segundo grado. Otro de los inconvenientes será la disminución del porcentaje de fruta de categoría 1, con aumento previsible del kaki de categoría 2.
Esta situación se extiende a la mayor parte del sector productor de kaki, ya que, de las 160.000 ha de kaki español, solo 1.000 se encuentran fuera de Valencia. La comarca de La Ribera es la que aglutina la mayor extensión, por lo que “entendemos que el resto de operadores están igual o peor”.
Por encontrar algo positivo, aunque es difícil, la Dana ha tenido un impacto directo sobre la presencia de plagas, no solo de las actuales sino también de las generaciones venideras, en cotonet muy especialmente.