Un proyecto consolidado
Cuando en 1999 cinco agricultores de Lepe decidieron iniciar esta andadura, no sabían que llegarían a alcanzar esta dimensión con una facturación de 22 millones de euros. Su superficie cuenta actualmente con 300 ha de cítricos, 75 de arándanos, 70 de fresa y 35 de frambuesa. Empezaron con fresa, que sigue siendo su cultivo principal, pero las otras berries y los cítricos en su modelo de negocio les han permitido mantener la plantilla al tener producción prácticamente todo el año.
Su objetivo desde sus inicios no era otro que ofrecer la mejor calidad de fruta y rentabilidad para sus agricultores y, hoy por hoy, continúan en esta línea de trabajo, tal y como explica Manuel Fernández, gerente de Alfrut: “Nuestra política siempre ha sido crecer y consolidar, crecer y consolidar; por eso, en 25 años hemos crecido mucho, pero lo hemos ido haciendo muy poco a poco”.
«Nuestra política siempre ha sido crecer y consolidar, crecer y consolidar;
por eso, en 25 años hemos crecido mucho, pero muy poco a poco»
Francia, Alemania y Suiza son los principales países de destino de sus berries, pero distribuyen a todo el mercado europeo, mientras que sus cítricos se dirigen a España mayoritariamente. “Apostamos por variedades que viajen bien y nuestra fruta responde a las altas exigencias de calidad de estos países”, detalla Fernández. En el caso de las berries, apuestan por las variedades Victory, Rociera y Marisma principalmente, aunque cuentan con más de 16.
Desarrollo de la temporada
La campaña de cítricos, por su parte, se ha iniciado desde Alfrut con gran calidad de fruta y, a nivel comercial, con dientes de sierra en los precios: “Cuando se inicia la comercialización de una variedad lo hace de forma razonable y conforme pasan los días bajan los precios; supongo que será un tema de exceso de oferta en los mercados”, manifiesta el gerente de Alfrut. En berries, la planta se está desarrollando correctamente por el momento, aunque la principal preocupación de los agricultores es la falta de desinfección en vivero que da lugar a un menor rendimiento productivo en campo.
Desde Alfrut intentan apostar por variedades tempranas para que su punta de producción no se solape con la del arándano y el agricultor pueda tener mano de obra suficiente para la recolección. También la gestión del agua ha sido un verdadero quebradero de cabeza en ambos cultivos, “aunque hemos sabido adaptarnos con nuevos sistemas de gestión del riego y ser más sostenibles”. De cara al futuro, Manuel Fernández, pese a la incertidumbre constante que vive el sector por todos estos condicionantes, se muestra optimista porque al final trabajan con productos básicos para la alimentación que seguirá funcionando porque aportan salud y nutrición.