Perdón por volver a la carga con Doñana, pero estoy profundamente preocupado. Las noticias de prensa se multiplican estos últimos días sobre el parque de Doñana.
La actualidad la marca la toma en consideración en el Parlamento andaluz de una proposición de Ley “para la ordenación de las zonas agrícolas del Condado de Huelva” que ampliaría el suelo agrícola de regadío en la corona norte del Parque Natural de Doñana.
Afectaría potencialmente a unas 750 hectáreas. Una oficina técnica iría supervisando, caso a caso, unas 650 explotaciones agrarias y un millar de agricultores que en 2014 fueron catalogadas como suelo forestal. Desde el gobierno andaluz, se calcula que aproximadamente la mitad de esas explotaciones podrían pasar a ser de regadío, dependiendo de la obtención de derechos del agua (en todo caso, aguas superficiales y no con agua del acuífero), a su vez supeditados a que haya recursos y a obras pendientes de ejecución. Se ha llegado a decir que esta autorización mejoraría la situación del Parque ya que muchas de estas hectáreas se están regando hoy de forma ilegal con aguas subterráneas.
Doñana se está muriendo
Estamos hablando de un parque con una superficie total de 54.252 hectáreas y una zona periférica de protección de 74.278,95 hectáreas, incluyendo tanto la zona periférica de protección del parque nacional como el territorio del parque natural colindante. Está clasificada desde 1981 como reserva de la biosfera, ampliada en 2016 hasta las 268.294 ha y es (entre otros) Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1994.
Doñana se esta muriendo de sed, y no solo por la sequía que volvemos a atravesar este año y la falta de lluvia también en los años anteriores. La demanda de agua, en primer lugar, desde la industria turística y la agricultura de regadío del entorno, supera la oferta que estaría disponible una vez separadas las necesidades del Parque.
Yo de esto no sé nada, o casi nada, pero tengo tendencia a creer en mis compañeros del CSIC que dicen saber algo de esto, y su opinión es unánime. Miguel Delibes de Castro, Presidente del Consejo de Participación del Parque Nacional, es una persona prudente y no es ningún indocumentado.
Si el 59% de las lagunas temporales de mayor tamaño de Doñana no se inundan desde el año 2013, como constata el último informe de mis compañeros de la Estación Biológica de Doñana, no es por culpa de lo que se votó en el parlamento andaluz. Obviamente, la proposición de ley que estamos comentando no mejora la situación. Pero si hemos llegado a este punto es porque, desde hace décadas, las distintas administraciones han mirado para otro lado, tanto la nacional como la autonómica, tanto la diputación como los ayuntamientos, con gobiernos del PSOE como con gobiernos del PP. Se ha llegado a denunciar, por ejemplo, que hay regadíos ilegales en terrenos municipales cedidos a los agricultores.
Se ha creado, sobre el terreno, una situación terriblemente compleja. Los regantes legales corren el riesgo de verse sin toda el agua a la que tienen derecho; muchos regantes ilegales nunca han aceptado verse excluidos de las distintas regularizaciones que ha habido en el pasado; algunos se consideran incluso regantes “ilegales, cierto, pero tradicionales” también. Todos insisten en su contribución a su contribución a la creación de riqueza y empleo en la zona. Estaríamos hablando de hasta 100.000 empleos y el 8% del PIB de Andalucía, según algunos artículos de prensa que citan a “la patronal”.
Es verdad que algo está cambiando en el ámbito político. En esta última legislatura, el gobierno del estado ha aprobado un Marco de Actuaciones para Doñana, con una inversión prevista de más de 356 millones de euros. Una de mas medidas estrella es una partida específica de 100 millones de euros para explorar la posibilidad de recuperar fincas y derechos de agua. Quizás sea este cambio una de las razones que explica (además del calendario electoral) las prisas del gobierno andaluz.
Alerta roja para todo el sector hortofrutícola español
Evidentemente, la iniciativa legislativa andaluza ha tenido buena acogida entre sus potenciales beneficiarios Pero toda acción tiene sus consecuencias y conviene identificar a los potenciales perdedores. En primer lugar, va a perder el planeta, los pájaros y toda la industria turística que se mueve entorno al disfrute ordenado y responsable de la naturaleza y el parque.
Perderían los contribuyentes. No cabe ninguna duda que la Comisión Europea reclamaría de la Corte de Justicia Europea la imposición de sanciones por incumplimiento de sus decisiones. Como las competencias son compartidas (la confederación hidrográfica depende del MITECO y el problema viene de lejos), las multas las pagarían en primer lugar los contribuyentes andaluces, pero también los del resto del estado.
Algunos de ustedes saben que tengo buenas antenas puestos en los mercados europeos. Están todas en alerta roja. Nunca he tenido tantas demandas de entrevistas por parte de periodistas extranjeros, (de radio, televisión y prensa escrita) en primer lugar alemanes, nuestro primer mercado de expedición en Europa.
Perderían los productores de frutos rojos, los legales y los ilegales. La pregunta ya no es si poderosas ONG europeas van a lanzar campañas de boicot en Europa a los productos españoles sino cuando. Ya han avisado las cadenas de supermercados europeos que están decididas a dejar de comprar frutos rojos españoles. La noticia ya ha transcendido y el daño reputacional ya ha empezado, incluso ahora que todavía no ha acontecido nada. Me comentaba un día un exportador tradicional de cítricos al mercado belga que lo mejor que te puede ocurrir en los mercados es que no hablen de ti, ni siquiera para bien. Así en todo caso no se defiende ni a los empleos ni al PIB de Andalucía.
Pero no nos engañemos. Van a perder todos los demás productores de frutas y hortalizas españolas cuyo mercado principal es la expedición al resto de los países europeos FEPEX nos recordaba recientemente que Europa representa el 96% de todas las frutas y hortalizas exportadas por nuestro país. ¿Alguien cree que la mala imagen que esta campaña desataría de las fresas, frambuesas y arándanos españoles, no va a desteñir sobre las restantes frutas y hortalizas exportadas y, en primer lugar, las exportaciones de hortalizas de frutas de hueso esta primavera y las de hortalizas de invierno de Almería, Murcia y Valencia?
Todavía estamos a tiempo de evitar lo peor. La proposición todavía no está aprobada. Si se llega a publicar en el Boletín Oficial, el gobierno del estado ya ha anunciado un recurso ante el tribunal Constitucional. Luego quedaría el último recurso ante un desacato a la autoridad del estado, la aplicación parcial del famoso artículo 155. Ya estuvo a punto de aplicarse en Canarias, hace más de 30 años, con Felipe Gonzalez de Presidente del gobierno y Josep Borrell de Ministro de Hacienda, ante la negativa canaria a aceptar la supresión de aranceles que implicaba la adhesión a la Comunidad Económica Europea.
Un último comentario, que se sale del ámbito del análisis de los mercados y las políticas públicas en el cual quiero centrar este blog: vaya regalo que le han hecho al gobierno en este año triplemente electoral.
1 comentario en «Alerta roja en Doñana»
Bueno, una más, llevamos incumplimiento 20 años la normativa de depuración de aguas residuales, hemos sido multados en varias ocasiones pero los ciudadanos pagamos un canon por la depuración de aguas residuales q al no ser tratadas no se reutilizan. Doñana, El Mar Menor, la contaminación por Nitratos de las aguas subterráneas y superficiales….nada nuevo donde se han producido varias decenas de Decretos Ley para ir de mal en peor.