Al abordar el reto que tenemos frente a los efectos del cambio climático es importante no solo considerarlos de manera individual, abarcando aspectos concretos como el suelo y el agua, sino entendernos cómo parte de un sistema más complejo. Los productores deben entender e incorporar análisis climáticos y modulaciones de datos climáticos no para analizar como será el clima hoy, sino a 10, 20 o 30 años vista. Desde GLOBALG.A.P. estamos considerando ya esta adaptabilidad al cambio climático en nuestros estándares futuros. Por ejemplo, en el ESS (Environmental Sustainability Solution), hemos comenzado a introducir criterios que toman en cuenta las proyecciones climáticas al diseñar o adaptar nuestros cultivos, lo que permite estar mejor preparados para los desafíos y oportunidades que el futuro nos depara.
Suelo
Los suelos son la base de nuestra producción alimentaria, con una población mundial en aumento, la demanda de suelos fértiles no deja de crecer. Sin embargo, la degradación del suelo amenaza directamente los medios de subsistencia de muchas personas que trabajan en la agricultura. Por ello, es necesario redoblar los esfuerzos en la protección del suelo para preservar sus diversas funciones para las generaciones futuras. La protección de la biodiversidad es un criterio importante para GLOBAL.G.A.P. Esto significa que los productores deben promover la salud del suelo y su biodiversidad.
«El sector agrario español se esfuerza por ahorrar agua,
pero se enfrenta a grandes retos debido a las condiciones climáticas y a las exigencias económicas»
Hemos observado casos en diversas regiones donde los rendimientos de cultivos e industrias se han visto afectados por prácticas que han llevado a cambios en la salinidad, el pH o el contenido de materia orgánica en el suelo, lo cual puede dificultar el crecimiento óptimo de las plantas. En GLOBALG.A.P., reconocemos la importancia de preservar la salud del suelo y, por ello, promovemos la implementación de técnicas que mejoran su estructura, como el uso de cubierta vegetal, prácticas de laboreo adecuadas, rotación de cultivos y un enfoque más equilibrado en la aplicación de productos fitosanitarios y fertilizantes.
Agua
El sector agrario español está realizando esfuerzos considerables para ahorrar agua, debido tanto a la necesidad como a la inversión en tecnologías modernas. Aunque los productores están haciendo muchos esfuerzos por aumentar la eficiencia y el consumo sostenible, la demanda de agua sigue siendo alta. El sector agrario español se esfuerza por ahorrar agua, pero se enfrenta a grandes retos debido a las condiciones climáticas y a las exigencias económicas lo que pone de relieve la necesidad de seguir mejorando la eficiencia y de encontrar soluciones innovadoras.
España avanza hacia una gestión más sostenible del agua, aunque aún quedan complejos retos por superar. Soluciones innovadoras, como los sistemas de riego preciso, permiten suministrar a las plantas un agua más acorde con sus necesidades. Estos avances ofrecen enfoques prometedores para una utilización más eficiente de los limitados recursos hídricos de la agricultura española. La aplicación de tecnologías avanzadas de ahorro de agua contribuye de forma significativa al uso sostenible de unos recursos hídricos limitados.
También conviene considerar la posibilidad de adaptar la gama de cultivos y los métodos de cultivo. Esta reorientación podría contribuir a reducir el consumo de agua y, al mismo tiempo, aumentar la resistencia del sector a las fluctuaciones climáticas.
Estas medidas de adaptación requieren una planificación cuidadosa y una inversión potencialmente importante. Sin embargo, ofrecen la oportunidad de lograr la sostenibilidad y competitividad a largo plazo del sector hortofrutícola español.
Incidencias climáticas
La creciente frecuencia e intensidad de los escenarios climáticos extremos exige una adaptación integral. La aplicación de una agricultura resistente al clima y de prácticas responsables desempeña aquí un papel clave. Por ejemplo, mediante la integración de la agricultura inteligente y de precisión, los productores pueden optimizar sus métodos de producción y reaccionar con mayor flexibilidad a los cambios meteorológicos.
Un enfoque basado en el riesgo, como el que se esboza en la norma GLOBALG.A.P., también permite adaptar las estrategias a las condiciones locales y regionales. La introducción de prácticas de producción y métodos de cultivo responsables contribuye significativamente a reforzar la resiliencia de la agricultura. La investigación y el desarrollo continuos, así como una mejor transferencia de conocimientos a través de un asesoramiento específico, son esenciales para encontrar soluciones innovadoras y reforzar la experiencia climática en la agricultura.
En general, vemos que estas incidencias se repiten cada vez de manera más recurrente. Esto requiere tener mecanismos y herramientas de previsión que nos permitan diseñar estrategias específicas y tomar medidas que nos permitan mitigar el efecto de estos fenómenos. Nuestras herramientas están basadas en el conocimiento de las explotaciones y el análisis de riesgo. Esto incluye el posible riesgo de fenómenos climáticos extremos u otras incidencias relacionadas con el clima. En nuestra herramienta en desarrollo ESS, por ejemplo, incluimos la implementación de medidas específicas en aquellas zonas que son susceptibles de sufrir inundaciones.
Seguridad Alimentaria
La seguridad alimentaria es un reto importantísimo, no solo a nivel de España, sino de la Unión Europea y a nivel global. En un escenario donde la población demanda cada vez más alimentos y las condiciones de cultivo son más difíciles, debemos apostar por la tecnología y la sostenibilidad, pero sin dejar de ser competitivos. Si queremos seguir teniendo soberanía alimentaria a largo plazo, debemos de fijar estrategias que promuevan una agricultura fuerte e independiente, que vaya de la mano con el medio ambiente y dándole un valor añadido a los productos locales. El cambio a métodos de producción más sostenibles está en el centro de estos esfuerzos. Esto incluye no solo la optimización de las prácticas existentes, sino también la investigación y aplicación de enfoques innovadores. La industria está demostrando una notable flexibilidad e innovación al buscar activamente soluciones para hacer frente a los retos del cambio climático.