Las incidencias climáticas extremas están teniendo un impacto significativo en la producción y comercialización de productos hortofrutícolas, con fluctuaciones en la producción que generan inestabilidad en la oferta, lo que repercute en los precios y en la capacidad de cumplir con los compromisos comerciales internacionales. Desde nuestra posición, observamos cómo afectan a la planificación logística y aduanera, obligándonos a ser más flexibles y adaptativos para asegurar que los productos lleguen a su destino en las mejores condiciones posibles.
Granizadas o inundaciones pueden destruir cosechas enteras en cuestión de horas. Por otro lado, todo indica que la sequía puede ser un problema creciente, una situación ante la que el sector hortofrutícola ha hecho esfuerzos significativos en implementar sistemas de riego más eficientes y en optimizar el uso del agua. Por ello, elijo ser optimista y confiar en la innovación y buscar alternativas como la reutilización y desalinización. Además, es necesario promover políticas que fomenten la gestión sostenible de los recursos hídricos; si no nos ponen trabas, no debería ser un problema en el futuro.
La oportunidad de Europa
En este contexto, es cierto que algunos países terceros, con condiciones climáticas más favorables y costes de producción más bajos, están ganando terreno en el mercado global, es una realidad que vemos cada año incrementarse. Sin embargo, Europa tiene la oportunidad de destacar por la calidad, variedad, seguridad alimentaria y sostenibilidad de sus productos.
Para mantener nuestra competitividad es fundamental invertir en innovación, mejorar la eficiencia operativa y promover prácticas agrícolas sostenibles, pero no lo lograremos sin la ayuda de nuestros políticos.
Asimismo, es esencial que nuestros estándares y requisitos sean comunicados de manera clara y precisa tanto a los importadores como a los productores en el extranjero. Al asegurarnos de que todos los actores entiendan y respeten nuestras normas, protegemos la salud de los consumidores y mantenemos la integridad de nuestra cadena alimentaria.
«Aunque es esencial avanzar hacia prácticas más sostenibles y reducir la huella de carbono,
debemos ser realistas sobre las dinámicas del mercado»
Equilibrio sostenibilidad-mercado
Ante la creciente demanda de productos más respetuosos con el medio ambiente, es relevante y positivo seleccionar proveedores que implementen buenas prácticas ambientales. Sin embargo, no debemos engañarnos. En situaciones de crisis económica y pérdida de poder adquisitivo de las familias europeas, como la que estamos viviendo actualmente, aunque a veces pueda estar camuflada, el consumidor tiende a priorizar precios bajos sobre la sostenibilidad.
Aunque es esencial avanzar hacia prácticas más sostenibles y reducir la huella de carbono, debemos ser realistas sobre las dinámicas del mercado. Es crucial encontrar un equilibrio que nos permita ofrecer productos sostenibles sin aumentar considerablemente los precios, de manera que la sostenibilidad no sea un lujo inaccesible para muchos, sino una opción viable para todos.
Tecnología y digitalización
La Inteligencia Artificial y el análisis de datos pueden ayudar a predecir patrones climáticos y optimizar la producción. Unidos a prácticas sostenibles, también permitirán mitigar el impacto en el rendimiento y las características organolépticas de las frutas y verduras. En este sentido, será clave la inversión en investigación y desarrollo de variedades más resistentes y en técnicas de cultivo innovadoras.
Además, la colaboración entre todos los actores de la cadena de suministro es esencial. Compartir información en tiempo real y coordinar esfuerzos nos permitirá reaccionar más eficientemente ante eventos extremos y minimizar su impacto. En nuestro caso, hemos desarrollado una plataforma online para automatizar y agilizar los trámites aduaneros, lo que permite una mayor flexibilidad ante imprevistos.
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