El secretario general de Agricultura y Alimentación, Rafael Peral, ha destacado que en la Ley de Agricultura y Ganadería de Andalucía se van a reflejar “las tres perspectivas de la sostenibilidad: social, ambiental y económica”. Peral ha clausurado la jornada ‘Sostenibilidad integral de la industria alimentaria’, organizada por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural y el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
El representante de la Junta ha explicado que esta nueva normativa parte “de la total necesidad de que la actividad agraria debe ser rentable económicamente”, garantizando una retribución justa para todos los eslabones de la cadena y “siempre sin perder el objetivo del mejor producto y mejor servicio para el consumidor”. Rafael Peral ha añadido que ésta será la primera ley agraria autonómica que dé “una posición destacada a las personas”, poniendo a quien se dedica a la agricultura en el centro del texto, reflejando sus derechos y deberes y “reivindicando su papel en la sociedad”.
“Nuestro texto reconcilia a la agricultura con el medio ambiente”, ha resaltado el secretario general, que ha comentado que la Consejería ha querido reflejar en la ley que “los agricultores, y por extensión la agroindustria, son los custodios del entorno natural en Andalucía”. Por esta razón, la normativa contempla, entre otras cuestiones, medidas relacionadas con la eficiencia energética, la gestión de subproductos, el uso eficiente de los recursos naturales o la protección de las variedades y razas autóctonas.
Además de la Ley de Agricultura y Ganadería, Rafael Peral se ha referido a otras acciones de interés que desarrolla la Consejería de Agricultura, como la consideración de los aspectos ambientales entre los criterios de selección de un gran número de ayudas en el Programa de Desarrollo Rural, el apoyo a las técnicas productivas más respetuosas con el medio ambiente a través del III Plan Andaluz de la Producción Ecológica (más de 300 millones de euros para el marco 2014-2020), el desarrollo de modelos productivos más eficientes para algunas industrias desde el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) en colaboración con las empresas y el impulso de la sostenibilidad integral en el marco del Plan Estratégico para la Agroindustria de Andalucía, que actualmente está en elaboración.
Además, “estamos en pleno desarrollo de una estrategia de bioeconomía cuyo objetivo es la producción de recursos biológicos renovables y la conversión de éstos y los flujos de residuos en productos con valor añadido, como piensos o bioenergía”, ha recalcado el secretario general en referencia a esta actuación en la que colaboran las Consejerías de Agricultura y Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.
Apertura de la jornada
Por su parte, la directora general de Industrias y Cadena Agroalimentaria, Rosa Ríos, ha asegurado durante la inauguración de la jornada que la «sostenibilidad integral de la industria agroalimentaria no es solo una manera de trabajar impuesta por imperativos legales, sino también una exigencia de la sociedad actual, que afecta directamente a la imagen de la empresa y del producto». Para la directora, debe ser aprovechada para generar empleo, diferenciación y valor añadido para las producciones andaluzas.
Según Ríos, la sostenibilidad integral de la industria alimentaria es uno de los retos del sector en los que se puede seguir creciendo. «Resulta prioritario mantener y fomentar la actividad productiva agroalimentaria procurando la sostenibilidad de las empresas, desde su perspectiva integral y conjunta, como son el respeto al medio ambiente, los aspectos sociales de la producción y la rentabilidad económica de la actividad productiva».
La directora general ha resaltado que la sostenibilidad ambiental y energética, dirigida a obtener más resultados consumiendo menos recursos y con un menor impacto contaminante, permitirá «posicionar a la agroindustria andaluza en la vanguardia de la economía circular y de la lucha contra el cambio climático». Igualmente, ha destacado la importancia de ir de la mano de una sostenibilidad que incorpore consideraciones sociales en la toma de decisiones empresariales y también en el ámbito económico. El objetivo, ha subrayado, «es aumentar la competitividad de las agroindustrias incidiendo en los márgenes económicos a través de mejoras en la productividad, disminución de costes y aumento de ingresos, en el contexto del tránsito hacia una economía inteligente, baja en carbono y menos impactante en el medio ambiente».