Una vuelta a ‘lo tradicional’. La crisis sanitaria, los hábitos de ocio y el teletrabajo nos han llevado a un escenario en el que nos hemos vuelto ligeramente más conservadores en nuestras elecciones de productos de IV gama. Seleccionamos opciones más tradicionales, con justificaciones de compra más racionales (pelado, presentación, calidad…) y dejamos de lado las innovaciones del lineal.
En nuestro caso, este año seguiremos dando a conocer nuestras últimas novedades, como la calabaza al vacío o la piña con jamón cocido, entre otras. Y vamos a concentrar nuestro esfuerzo inversor en la ampliación de las instalaciones de sala blanca.
Una experiencia única. Para conseguir la repetición de compra, necesitamos que el consumidor viva una experiencia memorable, que pueda compartir con sus allegados y que, al final, le produzca un bucle de placer y satisfacción. Para ello, es necesario mantener una calidad constante: fruta sin defectos, maduraciones estables, cortes atractivos, envasados efectivos y una presentación perfecta en el lineal.
“Para conseguir la repetición de compra, necesitamos que el consumidor viva una experiencia memorable”
Tres temas claves. La normalización de la situación hace que vuelvan a estar sobre la mesa cuestiones como el reciclado, la economía circular y la protección del medio ambiente. Nuestro compromiso de Responsabilidad Social Corporativa define los aspectos de sostenibilidad que podemos abarcar, como la gestión circular de los residuos generados por nuestra actividad, el uso de tarrinas 70% recicladas y un 100% reciclables, eliminación de poliestireno y adopción de bandejas de fibra, entre otras medidas. Además, hemos sustituido las bandejas de poliestireno por celulosas y fibras biodegradables, utilizamos materiales plásticos monocomponente e incorporamos cubiertos de madera en las tarrinas. Por último, en nuestros envases, aportamos información al consumidor, reforzando el mensaje del contenedor amarillo en las tarrinas de PET y PP, para que sea consciente de su papel en el reciclado.