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Valencia quiere convertir su huerta local en un sumidero de carbono

EMIVASA, la empresa mixta formada por el Ayuntamiento de València y Global Omnium, que gestiona el Ciclo Integral del Agua en la ciudad, ha desarrollado un método que abre la puerta a que la agricultura sostenible valenciana obtenga un complemento por cultivar el campo.

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Así lo anunció el pasado viernes, en una rueda de prensa, Elisa Valía, concejala del Ciclo Integral del Agua y presidenta de la EMSHI, quien ha estado acompañada por Dionisio García, CEO de Global Omniun; el presidente del Tribunal de las Aguas de la Vega de València, José Alfonso Soria; el secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural y director de la Agencia Valenciana de Fomento y Garantía Agraria, Roger Llanes; y Javier Mejía, director de Marketing y Desarrollo de Negocio de AENOR.

A la presentación del proyecto, además de los intervinientes, han asistido el director general Agricultura de la Comunitat Valenciana, Antonio Quintana; Miguel Polo, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar; representantes de Fecoreva, de la Federación de Cooperativas y de los tres sindicatos agrarios valencianos: AVA-Asaja, UPA y la Unió.

La metodología planteada por la entidad que lleva agua potable a la ciudad de València persigue determinar el CO2 que es capaz de absorber la huerta local y convertirla así en un sumidero de carbono, lo que posibilitaría que en un futuro la agricultura local pudiera fijar derechos de emisión de CO2 y beneficiarse de ello. EMIVASA trabaja ahora con la Comunidad de Regantes en el proyecto piloto, pionero a nivel nacional, para medir cómo la agricultura sostenible valenciana puede generar derechos equivalentes para compensar la huella de carbono que emite EMIVASA al desarrollar su actividad. Con el trabajo de campo que empieza ahora, la clave es demostrar la validez de dicha metodología y lograr la certificación de AENOR.

Elisa Valía ha destacado también “el impacto positivo que generaría en el entorno” y ha hecho hincapié en “la importancia de poner en valor la huerta valenciana y las oportunidades que puede ofrecer”.

José Alfonso Soria ha subrayado “la necesidad de reconocer al agricultor y a la agricultora como los verdaderos ecologistas”, pues “somos elementos medioambientales, que trabajamos la tierra, ofrecemos productos de calidad y de proximidad y, además, generamos beneficios para el medio ambiente”. El presidente del Tribunal de las Aguas ha explicado que la huerta de la Vega de València tiene una extensión de 7.800 hectáreas y ha recordado que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, más conocida como FAO, declaró el Regadío Histórico de l’Horta de València como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM).

Así, Soria ha hablado de la “confianza” que le genera el proyecto “también como acicate para que no se abandonen los campos, para que se siga cultivando la tierra y para garantizar así el ansiado relevo generacional en el sector de la agricultura”.

 

Por su parte, Dionisio García ha destacado que “es una gran satisfacción para Global Omnium participar en este proyecto, pues siempre estamos dispuestos a contribuir a que València sea una ciudad mejor”. Así, también ha considerado que “los valencianos pueden estar orgullosos una vez más de las iniciativas que se toman en la ciudad”. Según García Comín, “con Emivasa tenemos un fuerte compromiso con la ciudadanía, pero también con el medio ambiente. Con esa voluntad de ser neutros en carbono, estamos haciendo muchos esfuerzos con el Ayuntamiento y el pequeño empujón que nos queda para ser neutros, queremos que el beneficio revierta en nuestro entorno”. García ha recordado que “AENOR aporta un grado de confianza imprescindible”. “Estoy seguro de que va a ser un proyecto líder”, ha apostillado.

Roger Llanes ha recordado hoy es el Día Mundial de la Agricultura y ha considerado que “pocas cosas están más vinculadas al medio ambiente y a la agricultura que el agua”. Llanes también ha puesto en valor “el pulmón verde que representa la huerta de Vàlencia”, ya que “cuenta con un sistema de regadío agrario muy singular a nivel mundial”. Por lo tanto, “hay que valorar este proyecto y darle el apoyo que merece: es un proyecto encomiable y tiene mucha razón de ser”.

Participación de AENOR
Javier Mejía, por su parte, ha explicado que “AENOR participa en este proyecto por tres razones: porque contribuye al propósito de AENOR de generar confianza entre organizaciones y personas; porque el diseño y la concepción del proyecto van a ayudar a un sector crítico, como es el de la agricultura, en el ámbito nacional y, particularmente en la Comunidad Valenciana; y porque estamos convencidos de que el rol de AENOR puede contribuir al éxito del proyecto.”

Hasta el momento, EMIVASA dirige voluntariamente esfuerzos económicos para compensar su huella de carbono, cifrada en 6.187,05 tCO2 y que, por cierto, es la más baja de Europa en el sector. “Ahora estamos trabajando para poder redirigir en el futuro ese capital que ahora va al extranjero a la agricultura sostenible local para demostrar el enorme potencial que tiene la huerta y su actividad, y contribuir así a su cuidado, favoreciendo además la absorción de carbono e imprimiendo en la sociedad la conciencia medioambiental tan necesaria en la actualidad”, ha insistido Valía.

En este sentido, la concejala ha explicado que la idea es, una vez se haya certificado el éxito y la viabilidad del proyecto en el que ahora trabajan, compensar en la agricultura sostenible valenciana la huella de carbono de la actividad del Ciclo Integral del Agua y de la EMSHI, donde Valía es la máxima autoridad en ambas administraciones.

La concejala ha indicado que, “en Emivasa trabajamos intensamente para reducir la huella de carbono y perseguimos ser neutros respecto a la liberación de carbono. Mientras llegue ese momento, compensamos la huella y queremos que esa compensación se dé en València, que es nuestro lugar de acción”.

Además, “en València hemos optado una vez más por liderar el conocimiento y tener la iniciativa para trabajar en un método cuyos beneficios, tanto medioambientales como todos los que van aparejados a la acción, impacten de manera directa en el ámbito de proximidad”. A su juicio, “una vez más València dirige el rumbo hacia la búsqueda de soluciones innovadoras, sostenibles y duraderas”. De acuerdo con Valía, “trabajamos duramente en el presente, pero con la máxima ilusión porque sabemos que es la única manera de garantizar el futuro. Nuestra mirada es larga, para que el retorno del esfuerzo de hoy perdure a lo largo de los años y sea un legado certero, valioso y de provecho para las generaciones venideras, así como para el planeta”.

“Europa necesita crear sus propios sumideros de carbono y que ese movimiento pivote en potenciar la economía local es doblemente beneficioso”, ha continuado Valía. Según ha argumentado, “la emergencia climática nos obliga a actuar y, de nuevo, demostramos que en València no estamos esperando las soluciones, las estamos desarrollando y aplicando con éxito”. “Nuestra huerta es un tesoro que debemos cuidar, pero también potenciar de manera sostenible, implementando las opciones que ofrece ligadas a los tiempos actuales”, ha concluido Valía.

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