Los expertos, con Mª Ángeles Fernández Recamales a la cabeza del estudio, han detectado cuáles son las condiciones óptimas para que el resultado sea la fresa con mayor calidad posible. Para conocerlas, han aplicado técnicas analíticas y estadísticas durante dos años consecutivos analizando la composición química de más de 60 muestras de distintas variedades de fresa: Aromas, Camarosa, Diamante, Medina y Ventana.
Los factores analizados han sido la temperatura ambiental, la genética, el suelo de cultivo, el clima, así como la época del año en la que se recolecte, y en base a ello han previsto las propiedades que tendría la fresa según las distintas variables. Además, han podido afirmar que los indicadores nutricionales aportados por la composición química de la fresa inciden directamente en el aroma, el dulzor o la forma del fruto.
Esta investigación ha sido financiada con los fondos propios del grupo ‘Análisis agroalimentario, salud y economía circular’ de la Universidad de Huelva. Asimismo, estos resultados pueden aplicarse para hallar la procedencia de la semilla y como recurso para optimizar la producción en función de los intereses del agricultor.
En el artículo ‘Multichemical profiling of strawberry as a traceability tool to investigate the effect of cultivar and cultivation conditions’ publicado en la revista Foods, el equipo de investigación ha determinado la composición química que posee cada uno de los tipos de fresa que han analizado. El estudio deduce que a mayores cantidades de agua y temperatura (dependiendo de la época de recolección), la fresa será más rica en polifenoles, compuestos beneficiosos por su función antioxidante. “Comparamos distintas variedades de cultivo y tipos de fresas. Hemos comprobado cómo su composición cambiaba dependiendo de factores climáticos como la temperatura, la radiación solar o las precipitaciones, y factores relacionados con la variedad de fresa, el cultivo y la época del año en la que se recolecte”, comenta a la Fundación Descubre, Mª Ángeles Fernández Recamales.
Características físicas y nutricionales
Los datos que extraen de la composición química de las fresas, tal y como afirma el trabajo, pueden establecer, entre otras cuestiones, la cantidad de azúcares, que influirán en el sabor de la fruta; los niveles de antocianos, implicados en la intensidad del color del fruto; o los niveles de polifenoles, que tienen propiedades antioxidantes y, por tanto, resultan beneficiosos para la salud.
A través del análisis químico han identificado, por ejemplo, que las variedades Camarosa y Ventana poseen las mejores cualidades nutricionales; mientras que Aromas y Ventana son los tipos con un color más intenso y brillante. “A través de este trabajo, el agricultor puede escoger qué propiedades quiere que tenga sus fresas y guiarse para cultivarlas en condiciones óptimas”, comenta la investigadora onubense la fundación.
Los investigadores señalan también que el estudio sirve como refuerzo para la seguridad alimentaria en el proceso de producción. Los análisis se podrían utilizar, pues, para hacer un seguimiento de la fruta desde su suelo de origen hasta que llega a la mesa, garantizando su calidad.
El equipo de investigación contemplará, en análisis futuros, si con esta metodología pueden encontrar cualidades concretas en el fruto en función de la zona geográfica de origen. “En un momento dado podríamos conocer el origen de la fresa y establecer diferencias entre las cualidades de las procedentes de Huelva frente a las de otros países como Turquía o Marruecos”, comenta la experta.
