El desarrollo de especialidades es una buena forma de “enriquecer el lineal”, comenta Víctor García, jefe de producto de cucurbitáceas de Syngenta, cuyas mayores innovaciones en estos momentos giran, precisamente, en torno a “asegurar el sabor en nuevos formatos, cambiando la forma y tamaño de los frutos”. Ejemplo de ello es Romolo, su Piel de Sapo redondo mini, con el que la casa de semillas creó una nueva categoría de melón y, con ella, nuevas experiencias de compra y consumo para el consumidor final.
Actualmente, trabajan para “enriquecer esta gama gracias a la especialización en las distintas zonas de producción para obtener un melón óptimo, con el ‘sabor redondo de larga duración’ para el consumidor”, explica García.
Asimismo, mantienen una línea de investigación abierta para la reducción del calibre en sus Piel de Sapo convencionales, y han vuelto dejar volar su imaginación a través de la “exploración de nuevas variedades más exóticas, buscando la diferenciación a través del color externo de piel, interno, con un mayor abanico de sabores…”. Y es que, según García, las especialidades “crecen desde hace algunas campañas como alternativa a otras tipologías en declive”.