El sector agrícola español y europeo se prepara para afrontar otra de las consecuencias de la crisis del coronavirus: el cierre de fronteras en la Unión Europea (UE) les deja sin la imprescindible mano de obra extranjera en la recogida de sus cosechas, más de 500.000 trabajadores solo en el caso de Alemania y Francia.
España, ya por ejemplo sin los 10.000 temporeros marroquíes habituales en la fresa y frutos rojos, busca entre la población nacional cómo cubrir dichas vacantes y las de las campañas más próximas, como el aclareo del melocotón, para el que se suele contar con mano de obra de Polonia o Rumanía.
Fuentes sindicales han explicado que se está haciendo un llamamiento a desempleados por la crisis del coronavirus y a quienes suelen entrar en la hostelería por estas fechas para cubrir esa mano de obra, ya que dado el cierre de los restaurantes ahora pueden ver el campo como una opción alternativa.
Pero, aunque les preocupa la situación, también recuerdan que dada la situación sanitaria “no se trata de tener una gran cantidad de trabajadores” en la recolección, sino de primar las medidas de seguridad pertinentes. “No sea que por incorporar a muchos operarios e intentar salvar toda la campaña, tengamos infectados por coronavirus”, han advertido.
Las autoridades alemanas han lanzado una iniciativa para contratar hasta 300.000 trabajadores para afrontar las próximas cosechas de espárrago, fresa y col, con la sugerencia de que se sumen efectivos de otros sectores actualmente paralizados por la pandemia.
Temen las consecuencias, por ejemplo, de la falta de temporeros polacos en la recogida del espárrago, imprescindible para el consumidor alemán y presente en el menú del país durante la primavera.
En el caso de Francia, su ministro de Agricultura, Didier Guillaume, ha hecho este martes un llamamiento a los desempleados y a las personas que se encuentren sin actividad por las medidas de confinamiento a trabajar en el sector agrario, que tiene actualmente 200.000 empleos directos sin cubrir.
Desde el principal sindicato agrícola francés, FNSEA, han puesto en marcha una plataforma para poner en contacto a posibles candidatos con los agricultores, bautizada “Brazos para tu plato”, además de expresar sus protestas por la entrada de producto español (espárrago y fresa) a precios bajos en la gran distribución.
En Italia, uno de los países más castigados por el coronavirus, la situación es delicada desde hace semanas, cuando los trabajadores extranjeros volvieron a sus países, dejando al campo sin su mano de obra mayoritaria y reclamando facilidades para contratar y atraer a los nuevos desempleados que está dejando esta crisis.
De acuerdo a los datos de su patronal agrícola, Confagricoltura, ven peligrar la recogida de fresa, cereza y melocotón, entre otros cultivos; también están muy afectados los sectores de flores y plantas, la leche fresca y los quesos de corta conservación como la mozzarella, y el vino.
Sus peticiones coinciden con las planteadas por los agricultores austríacos, que sin los temporeros extranjeros buscan trabajadores locales para asegurar el suministro de alimentos, sean desempleados, ayuda del Ejército o los 30.000 refugiados con permiso laboral.
Se estima que cada año unos 13.800 trabajadores de países como Hungría, Eslovaquia o Rumanía trabajan en diferentes campañas agrícolas en Austria, como la del espárrago o el rábano, que comienza en abril.
La otra cara de la moneda es Marruecos, donde las restricciones a la movilidad no han afectado a su sector agrícola y cuyos productores han admitido que sus exportaciones han comenzado a beneficiarse de la crisis sanitaria en España, Italia y Portugal, y han visto aumentar su demanda en los países del Norte de Europa y Norteamérica.
Fuente: EFE
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