«Hay una importante fuga de talento de las zonas rurales, principalmente de jóvenes que se marchan a las ciudades para estudiar en la universidad. La mayoría de estos jóvenes no vuelven, porque creen que no hay oportunidades para ellos en sus áreas de origen. Pero, de hecho, lo que pasa es lo contrario: muchas empresas de las zonas rurales no encuentran el talento profesional que necesitan. Y no hablamos solo de empleos en agricultura o turismo, sino de ámbitos muy diversos, como ingenierías, salud, marketing, asistencia y dinamización social, cultura, etc.». Así resume el problema de la empleabilidad en el mundo rural Mireia Font, gerente del Consorcio GAL Alt Urgell-Cerdanya, uno de los 284 Grupos de Acción Local que trabajan en España, al amparo del programa LEADER de la Unión Europea (UE), para impulsar el desarrollo económico y social de las zonas rurales.
Entre 1975 y 2021, la población española aumentó un 38 % (de 34 a 47 millones de habitantes), pero 17 provincias perdieron población (la que más, Zamora, que perdió un 31 % de habitantes), y las que crecieron lo hicieron concentrando su población en grandes núcleos urbanos y sus áreas limítrofes. Hay que recordar, en este sentido, que el 20 % de la población española se reparte en el 85 % del territorio, mientras que el 80 % restante se concentra en grandes áreas urbanas que ocupan apenas el 15 % del territorio. España es el cuarto país de la UE, tras Estonia, Finlandia y Letonia, con más municipios en riesgo de despoblación: 3.400 municipios, que representan el 42,4 % del total.
Concentración de empresas
La concentración del mercado laboral es aún más notoria. La mitad de los 3,3 millones de empresas que hay en España están ubicadas en solo seis provincias (Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Málaga y Sevilla), y solo Madrid y Barcelona cuentan con más del 20 % de la población ocupada (5,8 de un total de 20,5 millones de personas, en septiembre de 2022). Los Grupos de Acción Local, de los que hay más de 2.800 en toda la UE, intentan revertir estas tendencias con programas que den respuesta a temas críticos, como la vivienda, el acceso a servicios básicos y, sobre todo, el empleo y el apoyo al emprendimiento.
Revertir el desencuentro entre la demanda de empleo de miles de jóvenes con un alto nivel de formación y la demanda de talento de las empresas que crecen en el entorno rural es el objetivo de proyectos como Odisseu, en el que participa la UOC, y cuyos resultados presentó Mireia Font en el marco de la tercera Feria Virtual de Empleo de la UOC, celebrada este mes de noviembre, en la sesión «Oportunidades para atraer a jóvenes y no tan jóvenes en el mundo rural». En Odisseu, el encuentro entre jóvenes y empresas se propicia mediante prácticas remuneradas —de las que en Cataluña se han beneficiado 391 empresas rurales y más de 400 estudiantes de grado y máster, entre 2016 y 2022, y que han generado casi 50 contratos de trabajo estables—, actividades de networking e iniciativas de micromecenazgo para apoyar proyectos de emprendimiento.
En la misma línea se inscribe el programa Campus Rural, de prácticas universitarias en entornos rurales, que los ministerios de Universidades y de Transición Ecológica y Reto Demográfico, con el apoyo de la Crue Universidades Españolas, han puesto en marcha este 2022. En la primera edición han participado 400 estudiantes de 37 universidades, cifra que el ministro de Universidades, Joan Subirats, ha anunciado que se ampliará hasta 1.000 estudiantes en la próxima convocatoria de 2023.
Los esfuerzos se concentran en demostrar en la práctica que es posible desarrollar una carrera profesional satisfactoria viviendo en un pueblo pequeño, pero los Grupos de Acción Local coinciden en señalar tres aspectos clave para los que hay que articular soluciones si de verdad se quiere revertir la tendencia de despoblación rural: acceso a la vivienda, provisión de servicios básicos (salud y educación) y conectividad (digital y física).
Muchos pequeños municipios, como explicaba Font en la Feria de la UOC, han empezado ya a elaborar catálogos de vivienda disponible y a lanzar pequeñas iniciativas de vivienda social o en condiciones favorables para jóvenes o familias. Para paliar los déficits de conectividad digital, se promueven los espacios de coworking, que además propician la colaboración cruzada entre profesionales y facilitan la integración en la zona de aquellos que no «vuelven» sino que «se van» al campo, en el marco de una apuesta por un cambio de vida.
«Una oferta universitaria accesible desde todo el territorio (online), con itinerarios formativos más flexibles y personalizados, que se adapten mejor a las peculiaridades y necesidades de cada estudiante y su entorno, también puede contribuir de forma significativa a reducir la fuga de talento de las áreas rurales», subraya Àngels Fitó, vicerrectora de Empleabilidad y Competitividad de la UOC, que también ha participado en la Feria Virtual de Empleo. «El reequilibrio territorial es un tema prioritario en todas las agendas políticas, nacionales e internacionales, porque nos jugamos en ello el futuro del desarrollo socioeconómico y de la sostenibilidad medioambiental».