No ha habido hasta este ejercicio una campaña de kaki con una producción tan elevada, pero es simplemente el volumen que responde a las plantaciones existentes, que siempre se ha visto mermada por el granizo y otras inclemencias climáticas. A esto se le ha sumado el incremento previsto por las nuevas plantaciones que han entrado en producción, pero, como comenta Rafael Perucho, secretario técnico del CR de la DO Kaki Ribera del Xúquer, este aumento no debe ser una preocupación de cara al futuro: “Nos ha pasado como a cualquier nuevo cultivo en potencia y el sector se irá autorregulando en producción hasta llegar a un punto de equilibrio”.
Para agilizar las ventas, desde el CR han apostado un año más por una fuerte campaña de promoción a nivel nacional financiada por la UE, donde el producto aún resulta un desconocido para la mayoría de los consumidores. Esta acción ha estado acompañada de una campaña simultánea financiada por la comercializadora de este kaki con denominación de origen, Anecoop, en la que, juntos, han invertido alrededor de un millón de euros para promocionar el Kaki Persimon. “Es una campaña muy ambiciosa que pretende dar a conocer esta fruta y que representa el camino para dar una rentabilidad digna a nuestros productores, que realizan un enorme esfuerzo durante todo el año con el fin de ofrecer una fruta diferente y de gran calidad”, sostiene.
Por otra parte, la DO Kaki Ribera del Xúquer ha realizado, de la mano del ICEX, otra campaña de promoción en Arabia Saudí y Emiratos Árabes con el fin de potenciar el consumo de Persimon en ambos mercados potenciales.
Toda esta acción promocional, unida a la voluntad del sector, que está trabajando de forma conjunta con el objetivo de abrir nuevos protocolos de exportación, crea buenas expectativas para el presente y el futuro de esta fruta. “Confiamos en ello”, apunta Rafael Perucho.
Nuevos retos
Hoy por hoy, un objetivo del sector es complementar la campaña del Kaki Rojo Brillante con nuevas variedades más allá de los cuatro meses que cubre el Persimon. Otro de los retos sería reducir los costes de producción ante las nuevas plagas y enfermedades que atacan el cultivo. “Es evidente que aparezcan con el aumento de la superficie cultivada y tenemos que prepararnos aún más porque en el futuro seguirán llegando nuevos desafíos en este ámbito”, añade Perucho.