Los turnos de presidencia duran 6 meses, lo que es poco tiempo para introducir cambios profundos, pero suficiente para:
- Resolver temas pendientes.
- Lanzar reflexiones sobre nuevas ideas.
- Hacer algunos favores a potenciales aliados.
- Y reforzar (o debilitar) el prestigio del país en el seno de las Instituciones europeas y las otras delegaciones nacionales.
Es cierto que no es el mejor momento, el más oportuno, ni español ni europeo. Por un lado, nuestro Gobierno está en funciones a la hora de redactar este artículo. Por otro, estamos en un fin de ciclo tanto para la Comisión como para el Parlamento Europeo, en la recta final.
Pero también es cierto que nuestro país se ha tomado el reto en serio.
Una gran actividad
Son en total unas cincuenta las reuniones de interés para el sector agroalimentario organizadas bajo el paraguas de esta Presidencia.
La convocatoria electoral anticipada no parece haber interferido en un programa sobre el cual las Administraciones llevaban trabajando meses.
- España ha programado la celebración de cinco consejos formales de Ministros de Agricultura y Pesca y otros dos informales.
- El 16 y 17 de julio se produjo la cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
- A continuación, se celebró el primer Consejo informal en Vigo que versó sobre el proceso de descarbonización del sector pesquero y acuícola comunitario.
Una agenda europea complicada
Las próximas elecciones al Parlamento Europeo son en junio de 2024.
La última sesión plenaria del actual Parlamento será en mayo. Siguiendo las reglas de esta institución, todo lo que no se ha aprobado a tiempo vuelve al inicio de su procedimiento, para tener en cuenta las nuevas mayorías políticas que han salido del nuevo proceso electoral.
La política europea se ha construido siempre en torno a grandes consensos y mayorías. Pero ahora, en puertas de un nuevo (e incierto) proceso electoral, las distintas fuerzas políticas intentan marcar sus diferencias.
En otro artículo hablé del “ambiente de fin de reino” en Bruselas.
Ello es particularmente visible en todos los temas relacionados con el Pacto Verde Europeo y la iniciativa “De la Granja a la Mesa”.
Por un lado, esta agenda ha sido llevada con mano de hierro, pisando muchos callos, por el vicepresidente Timmermans, que ya ha anunciado su dimisión próxima para encabezar la lista común al Parlamento Europeo de los socialistas y ecologistas holandeses.
Por otro, el Partido Popular Europeo (PPE), a pesar de que la presidenta Ursula von der Leyen milite en este grupo, está radicalizando sus posiciones, a la vista de las evoluciones electorales en distintos Estados miembros, como los Países Bajos, por ejemplo.
Varios temas pendientes
El más notorio asunto pendiente es la propuesta de reglamento conocida como ‘Ley de Restauración de la Naturaleza’.
A pesar de la oposición del sindicalismo agrario europeo y las cooperativas y del rechazo frontal del PPE, el Parlamento Europeo respaldó el inicio de las negociaciones que empezaron el 19 de julio.
En condiciones normales, cabría afirmar que el acuerdo es posible de aquí a fin de año. Los mandatos de negociación que se han dado tanto el Parlamento europeo como el Consejo de Ministros no marcan diferencias insuperables. Técnicamente, el acuerdo es posible. Políticamente, el tema es más incierto.
Peor suerte parece correr otra propuesta clave, mientras tanto, la regulación del uso sostenible de pesticidas, en la que la Comisión propuso reducir a la mitad el uso y el riesgo de pesticidas para 2030.
En el Parlamento, las distintas comisiones que deben emitir una opinión antes de que la Institución adopte en plenaria una postura final, están retrasando sus trabajos. En el Consejo, los ministros están todavía analizando el estudio adicional de impacto que solicitaron y que la Comisión les ha remitido recientemente.
También está pendiente la Directiva sobre Emisiones Industriales, con la que la Comisión pretendía frenar las emisiones nocivas de las instalaciones industriales, incluidas las grandes explotaciones ganaderas. Las negociaciones avanzan pero, si acuerdo hay al final, marcará un claro retroceso con respecto a las ambiciones iniciales.
Un acuerdo sobre la iniciativa de vigilancia del suelo parece al alcance de la mano, una vez que la Comisión ha rebajado también sus objetivos. Como parte de una revisión de la Directiva Marco de Residuos, también parece posible el acuerdo sobre objetivos nacionales legalmente vinculantes para reducir el desperdicio de alimentos para 2030 en los hogares, restaurantes y tiendas, así como en el sector de fabricación y procesamiento de alimentos.
Dado que la actual aprobación europea para el glifosato expira en diciembre 2023, una posible prolongación de su uso está sobre la mesa, después de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria concluyera que su uso no plantea «preocupaciones críticas».
Otros temas en espera
Los siguientes temas no tienen ninguna posibilidad de ser aprobados a tiempo.
Se espera para este tercer trimestre 2023 la propuesta de la Comisión sobre sistemas alimentarios sostenibles.
La batalla interna en esta institución no ha terminado a la hora de escribir estas líneas, entre los que tienen la ambición de marcar el futuro de la Política Agraria Común y los que la quieren centrar en el tema de la seguridad en el suministro de alimento.
A principios de julio, la Comisión ha propuesto relajar las normas europeas aplicables a los productos obtenidos con nuevas técnicas genéticas. Esta propuesta está incluida en un paquete más amplio junto con, entre otras, una ley de seguimiento del suelo y una revisión del marco de comercialización de semillas.
Con el apoyo de la Presidencia española, cabe esperar avances en estos temas, pero en ningún caso un cambio normativo por ahora.
Se esperan antes de fin de año las propuestas de la Comisión sobre bienestar animal y sobre el etiquetado de los alimentos. La Comisión también propondrá a principio del año que viene introducir un mecanismo para dejar de producir pesticidas químicos no autorizados en la UE y que todavía se producen para la exportación.
Incluso si fueran aprobadas por la Institución que tiene, en principio, el monopolio de las iniciativas legislativas, su negociación se desarrollará en el siguiente periodo legislativo.
¿Qué te parece la agenda europea prevista para el próximo semestre?