Con el objetivo de desarrollar una agricultura cada día más sostenible, las empresas hortofrutícolas vinculadas a Proexport han participado en un encuentro destinado a conocer los últimos avances en el uso eficiente del agua y los nutrientes para los cultivos al aire libre. “Impulsamos una agricultura sostenible, que implica ir más allá de cuestiones ambientales e incluye la viabilidad económica así como la aceptación social de su actuaciones”, señalaba el director general de Proexport, Fernando Gómez, en la presentación de la jornada Uso eficiente de agua y nutrientes en cultivos al aire libre, que ha sido organizada por Proexport y Cajamar.
Una agricultura más sostenible es posible mediante aspectos medioambientales como la eficiencia hídrica y nutricional. “Apostamos por la sostenibilidad del sistema productivo de la horticultura intensiva al aire libre mediante la reducción del consumo de recursos, sin mermar la producción y limitando el impacto ambiental”, añadió Gómez.
Pero además, debe contemplarse la inversión en mejores condiciones sociales, tal y como señaló el consultor Oliver Huesmann, quien destacó las tendencias en sostenibilidad que los supermercados venden a sus consumidores. “Los consumidores de Alemania, Austria y el conjunto de Europa del norte quieren cada vez más conocer cuáles son aquellos productos que invierten en sostenibilidad. Esto supone satisfacer las necesidades actuales sin afectar la capacidad de las futuras, no sólo en términos medioambientales sino también sociales”, apuntó.
Además, las ponencias recordaron las nociones básicas de la nutrición vegetal y mostraron los últimos avances que permiten mejorar la eficiencia en la fertirrigación de los cultivos, gracias a los expertos de la Estación Experimental de Cajamar, María Dolores Fernández y Juan José Magán. Conociendo las necesidades del cultivo, a través de diferentes sensores y análisis, es posible alcanzar mayor una eficiencia en riego y nutrientes según explicaron también los ponentes de Hidrosoph y AGQ Labs. Con todo ello, se contribuye a mejorar la eficiencia en el uso de agua y fertilizantes, consiguiendo el mismo nivel de calidad y de producción.
En definitiva, esta apuesta por la sostenibilidad a través de la gestión de los recursos contribuye a promover la competitividad de las empresas y agricultores mediante prácticas y tecnología que reduce los costes, mejorando la posición de los productos hortofrutícolas en el mercado.
