Encaramos el 2022 con la certeza de que nuestro sector está logrando el protagonismo que merece y que las empresas logísticas mueven montañas. Tras dos años de episodios negativos en todos los escenarios posibles, seguimos luchando. La epidemia, la crisis del tráfico marítimo, la subida de precios de los suministros, las huelgas de transportistas, el Brexit y la digitalización a marchas forzadas (aunque tan esperada) hacen que estemos preparados para lo que venga.
Está claro que la estabilidad sanitaria, económica y la cooperación por parte de la Administración son factores críticos para la recuperación. Hay mucho que corregir en numerosos ámbitos y, en ciertos momentos, parece que estamos retrocediendo en lugar de dar más facilidades a las empresas. Todos somos conocedores de las dificultades que atraviesan agricultores y transportistas para lograr unas condiciones de trabajo y comercio justas. Por eso, y puesto que la globalización es una realidad, llegar a otros mercados debe ser menos laborioso y costoso. Los productos y bienes made in Spain son reconocidos a nivel global y se debe facilitar su comercialización también a las pymes.
En nuestro caso, afrontamos el futuro tratando de controlar lo que está en nuestras manos: siendo cautos en la toma de decisiones internas, optimizando recursos, fidelizando a los antiguos y nuevos clientes, y analizando detenidamente tanto a nuestros proveedores como a nuestros potenciales clientes.
Nuestros principales activos son el personal y la tecnología
La subida de costes de los fletes marítimos, la gasolina, los cambios de rutas de las compañías navieras… son amenazas externas que pueden desestabilizar a las organizaciones si no se actúa con agilidad. Son cambios que no cesan y, es más, en el mundo logístico, no existe un día tranquilo. Por lo tanto, la clave está en buscar soluciones para cada incidencia.
Estos constantes y rápidos cambios en el sector logístico nos motivan a mantener un nivel de servicio profesional y ágil. Evitar demoras y costes adicionales en la cadena es el principal objetivo de todos los operadores, y para ello, la comunicación debe ser fluida y el reparto de tareas, bien establecido desde el primer momento.
Nuestros principales activos son el personal y la tecnología, y nuestras estrategias internas van desde las funcionales y organizativas hasta las publicitarias, siempre con el objetivo de optimizar al máximo nuestros recursos y las habilidades de la plantilla en cada departamento. Para lograrlo, ofrecemos formación continua a nuestros empleados en las ‘artes aduaneras’ e invertimos en recursos de Information Technology (IT) para conseguir herramientas vanguardistas que nos ayuden a controlar todo el volumen de trabajo a nivel administrativo y operacional.
Adicionalmente, el asesoramiento aduanero y/o en comercio exterior a importadores, exportadores y transportistas, a través de videoconferencias o en formato presencial, está adquiriendo protagonismo en nuestra gama de servicios y tareas diarias. Estas jornadas presentan una oportunidad de aprendizaje para nuestros clientes, de modo que se familiaricen con la terminología aduanera y tengamos un ‘lenguaje’ común.
Por último, apoyamos todo este trabajo con actividades publicitarias para seguir dando a conocer las bondades de Partida y llegar a nuevos mercados. Nuestro objetivo es mantener el valor añadido que nos diferencia y nuestras ventajas competitivas sostenibles.
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