¿Puede explicarnos en qué consiste esta nueva normativa derivada del Brexit y cómo afectará a las empresas españolas?
La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha implicado que las exportaciones de vegetales a ese país necesiten una certificación fitosanitaria debido a su clasificación de riesgo conforme a la nueva regulación. Aunque esta medida ha sido postergada desde 2021, primero afectando a productos de alta prioridad como semillas o material forestal, ahora se extiende a productos de riesgo medio. Después de tres años y medio de aplazamientos, parece que finalmente “viene el lobo” y se aplicará a productos de gran volumen de movimiento como tomate, pimiento, pepino, calabacín y berenjena, entre otros. Todo apunta a que un nuevo caos tiene fecha y se estima que podría desatarse en enero, julio o, como muy tarde, en octubre.
¿Por qué habla de un “nuevo caos”?
Las empresas que exportan o se dedican a la logística seguro que recuerdan el caos que trajo consigo el Brexit en sus primeros días. Fue lo que se conoce como una “tormenta perfecta”: un festivo tras otro, en plena campaña, con restricciones por la pandemia y un temporal de nieve en Francia y Reino Unido, todo mientras se estrenaba una normativa aduanera completamente nueva. La situación fue extremadamente complicada y, aunque muchos se prepararon, la falta de información clara hizo que la tensión fuera altísima. El Brexit nos superó a todos, pero con el paso de los días y el trabajo duro e inteligente del sector, la situación se equilibró. El incremento de costes y retrasos en comparación a los días pre-Brexit es innegable, pero los procesos se han hecho fluidos y todos estamos ya acostumbrados a que enviar mercancías al Reino Unido conlleva otros trámites que hacerlo a un país de la UE.
¿Y cuáles serán los trámites ante este nuevo certificado fitosanitario?
Aunque el proceso exacto aún no se ha publicado, según nuestra experiencia, probablemente consistirá en lo siguiente: se requerirá un certificado fitosanitario en España, lo que implicará una inspección física de la mercancía en un Puesto de Control Fronterizo (PCF) por parte de Sanidad Vegetal. Si el certificado es conforme, junto con la Conformidad del SOIVRE, se podrá proceder al Despacho de Aduanas de Exportación. En Reino Unido se realizaría otra inspección física fitosanitaria junto con el despacho de Aduanas de Importación y algunos otros trámites más, como una declaración sumaria de entrada. Aunque en teoría suena sencillo, en la práctica será mucho más complejo y tendrá implicaciones significativas para quienes comercian con Reino Unido. En cualquier caso, estoy hablando del escenario probable, porque no llega a ser 100% definitivo y todavía se puede evitar esta traba al comercio, por ejemplo, de una manera tan sencilla como clasificando de nuevo estos productos como “Riesgo bajo” no sólo por quien lo instaura, ordena y solicita (Reino Unido), sino por quien establece en origen los requisitos y formas de hacerlo (España, en nuestro caso).
«Todo apunta a que un nuevo caos tiene fecha y está a la vuelta de la esquina»
¿Cuáles serán las implicaciones para las empresas españolas?
La más evidente será el aumento de costes, debido a la documentación adicional necesaria tanto para la exportación como para la importación, además de posibles tasas por inspección y duplicados de certificados. También habrá un notable incremento en los tiempos de entrega, y en las carreteras podría desatarse un caos considerable. No parece que las autoridades sean conscientes de cuántos camiones salen de España hacia el Reino Unido diariamente con frutas y verduras, no sólo completos, sino en grupajes. Si el peor escenario se materializa y toda la mercancía debe pasar por una inspección física, podríamos ver carreteras y autovías bloqueadas por caravanas interminables en los puestos de control fronterizo.
Habla del peor escenario posible, pero ¿cuáles son las diferentes hipótesis que se barajan?
Hemos estado en contacto con algunas personas del Ministerio y de la Embajada, y los escenarios que se plantean, a priori, son tres: el primero, y más extremo, es que el 100% de la mercancía tenga que pasar por una inspección física en España, lo cual parece poco probable y sin sentido, pero no imposible. El segundo es que sólo entre el 1% y el 5% de la mercancía sea inspeccionada físicamente. Parece poco, pero los retrasos logísticos y colapsos de algunos PCF serían importantes, además no olvidemos que estamos hablando de producto fresco perecedero. ¡Un tomate no espera! El tercer escenario es que no haya inspección física y que a los certificados fitosanitarios se les diera conformidad de manera documental, con inspecciones periódicas a exportadores por parte de Sanidad Vegetal. Son las hipótesis más probables, pero es importante entender que este procedimiento dependerá en parte de España, de nuestros organismos, Gobierno y Ministerios, y de cómo decidan que se lleven a cabo.
¿Qué consejos le daría a las empresas hortofrutícolas que exportan a Reino Unido?
Es importante entender que aún tenemos poder de actuación. Creo que es esencial estar informados y que las grandes empresas puedan usar su influencia para presionar a favor de los intereses del sector y, por lo tanto, del comercio. También hay que trabajar con anticipación. No vale con esperar a saber la decisión para preparar estrategias. Hay que ir por adelantado. Por ejemplo, nosotros, en Páez Aduanas, llevamos tiempo trabajando en un nuevo sistema tecnológico que ayudará a seguir el camino más eficiente y menos problemático para exportadores, importadores y transportistas, en cualquier escenario que se presente. Nuestro compromiso es facilitar a nuestros clientes la alternativa más ágil, segura y eficiente posible en pro de la eficacia de sus operaciones. Además, animamos a todos a seguirnos en LinkedIn, donde estamos comprometidos con informar con rigor y en tiempo real sobre cualquier novedad normativa.
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