Como director comercial de La Coma, he sido testigo de primera mano del impacto que la escalada inflacionista está teniendo en el sector de frutas y hortalizas. Nos enfrentamos a altos costes que no podemos repercutir en los precios, lo que a su vez, dificulta la capacidad de los consumidores para hacer frente a los elevados y crecientes precios.
Inflación
Es innegable que el aumento de los costes energéticos y logísticos, impulsados por la inflación, han tenido un impacto directo en nuestros procesos de producción de frutas y hortalizas. Además, el aumento de los costes salariales también ha contribuido a un encarecimiento generalizado en toda la cadena de suministro, lo cual se traduce en precios más altos para nuestros productos.
A pesar de que los consumidores han entendido que los precios deben ser superiores en comparación con años anteriores, no podemos olvidar que nuestros márgenes se han visto afectados negativamente. La realidad es que resulta extremadamente complicado mantener intacta la rentabilidad en medio de esta situación inflacionista.
«En La Coma nos hemos centrado en mejorar nuestras eficiencias y productividades como una estrategia para combatir la inflación»
Para enfrentar esta situación, nuestro enfoque principal ha sido continuar trabajando duramente para proporcionar los mejores productos al mercado, asegurándonos de establecer precios adecuados y logrando una distribución equitativa de la cadena de valor, desde los productores hasta los puntos de venta. Además, considero que la labor de las instituciones en términos de pedagogía es importante y necesaria, transmitir adecuadamente el impacto de mejoras sociales, como el aumento del salario mínimo, que afecta directamente a nuestro sector, debe comunicarse correctamente.
En La Coma nos hemos centrado en mejorar nuestras eficiencias y productividades como una estrategia para combatir la inflación. Buscamos constantemente reducir las mermas y llevar a cabo mejoras operativas que nos permitan minimizar los costes asociados.
Futuro
Cuando miramos desde La Coma hacia el futuro, advertimos de una complejidad creciente en nuestro sector, el cambio climático está generando situaciones impredecibles que afectan directamente a nuestras cosechas. Además, estamos presenciando una concentración de la oferta por parte de fondos de inversión, lo que está cambiando las reglas del juego y poniendo en riesgo a aquellos que no se adapten a estas nuevas dinámicas. En este contexto, resulta crucial posicionar a la fruta como un producto cuyo precio está vinculado al valor que aporta y a una alimentación saludable y nutritiva.
Y aunque el futuro presenta desafíos adicionales, estoy convencido de que nuestra capacidad para adaptarnos y buscar la sostenibilidad será clave para asegurar la supervivencia y el éxito de este sector fundamental.