Pasado el momento más duro de 2020, Sandra Sitjar, responsable de Comunicación y Marketing de Cultivar, comenta que, en 2021, sobre todo, han podido trabajar sin la preocupación de nuevas olas o restricciones que empeorasen la situación. De hecho, lejos de adoptar una estrategia más conservadora, la empresa ha invertido 8 millones de euros en una nueva nave para Cultipalta, filial de Cultivar, unas instalaciones de 8.300 metros cuadrados con 80 cámaras refrigeradas, dedicadas exclusivamente al aguacate y el mango. “No sabemos qué nos deparará el 2022, pero Cultivar seguirá invirtiendo en el negocio y trabajamos para tener lista la nueva nave”, afirma Sitjar, quien añade que consiguieron la adjudicación de la última parcela disponible en el mercado. Con ella esperan ampliar su capacidad y especializarse en aguacates y mangos, dos productos que necesitan de un específico know-how y tecnología avanzada.
Sobre dicha adjudicación reclama Sitjar a Mercabarna que es vital la ampliación de las concesiones. Es la principal demanda no solo de las empresas de la Unidad Alimentaria, sino también de Mercamadrid y algunos otros mercas: “Sin ellas no hay futuro para los que trabajamos aquí”.
Respecto a los retos a los que se enfrenta Mercabarna para seguir siendo líder, en Cultivar hacen especial hincapié en la sostenibilidad y la digitalización, pero no solo el merca, sino que todas las empresas deben invertir para adecuar sus sistemas a formas de trabajo más sostenibles. Por otra parte, también será fundamental digitalizar el mercado para “ganar eficiencia y mantenernos como un referente en Europa”. Una buena palanca de cambio para todos estos retos son los fondos europeos Next Generation, que deben contener partidas dedicadas a estas necesidades por el potencial de crecimiento y mejora que supondría para Mercabarna.
Desde la compañía también son conscientes del aumento de los costes y que, para 2022, los economistas determinan ya como inflación. “Hemos notado cómo están aumentando los precios de la energía y el transporte”, afirma Sitjar, quien asume que inevitablemente estos incrementos se verán reflejados en los precios de venta de frutas y hortalizas.