La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente establece un plan especial de vigilancia sobre la introducción de material vegetal en plantas ornamentales, frutales, cítricos y olivo, y así comprobar la entrada de plantas procedentes de las Islas Baleares, donde se han detectado varios casos de la bacteria ‘Xylella fastidiosa’.
La consejería destaca la importancia de este problema fitosanitario para un amplio grupo de cultivos de la Región, como el olivo, cítricos y vid, entre otros. Por ello, se refuerza el personal del Servicio de Sanidad Vegetal con el fin de garantizar la efectividad de estos controles.
Los controles se desarrollarán entre los productores de plantas de vivero y centros de jardinería que producen o comercializan este tipo de material vegetal en todo el ámbito de la Comunidad, aunque se va a incidir en aquellos operadores de especies ornamentales, dado el gran número de estas especies que son hospedantes a la bacteria, más de 300.
Estas actuaciones serán complementarias a las realizadas en las prospecciones en plantaciones comerciales, espacios forestales y parques y jardines para detectar posibles focos de ‘Xylella’. Este plan da cumplimiento a la publicación en el BOE del pasado sábado, 21 de enero, de la orden por la que se establecen las medidas específicas de prevención en relación con la bacteria ‘Xylella fastidiosa’.
Daños en cultivos
La bacteria ‘Xylella fastidiosa’ tiene más de 300 hospedantes y produce graves daños en cultivos como cítricos, vid, almendros, melocotoneros y en numerosas especies ornamentales. Su presencia en las plantas es la responsable de diversas enfermedades de importancia económica para la producción agrícola.
Esta bacteria provoca un decaimiento rápido y generalizado de la planta, produciéndose, en los casos más graves, la seca de hojas y ramas, y finalmente, la muerte de toda la planta. En muchas de las especies hospedantes, la presencia de la bacteria no manifiesta síntoma alguno, lo que dificulta enormemente su detección. Se transmite de una planta a otra mediante la acción de un insecto vector, de forma que la principal vía de propagación de la enfermedad es el comercio.