Esta iniciativa se enmarca en el programa general del Servicio de Formación y Transferencia Tecnológica.
Las variedades de carácter comercial que se estudian son cultivares con bajas necesidades de frío. Se trata de una docena de variedades de distintos obtentores y con un rango de fechas amplio, con vistas a recolección, para poder abarcar distintas ventanas de comercialización. El sistema de explotación es semi-intensivo, en el que se buscan árboles de no más de dos metros de altura que permitirán la recolección desde el suelo.
Durante el segundo año de cultivo se ha observado el comportamiento de las distintas variedades en cuanto a su vigor y adaptación a la zona de estudio. La evolución del cultivo está siendo buena y prácticamente todas las variedades se han adaptado bien. En el tercer año tampoco habrá resultados de cosecha, pero sí estarán la mayor parte de árboles formados para empezar a tener algunos datos de recolección en el siguiente.
Uno se los principales objetivos de este proyecto es buscar alternativas de cultivo con menos necesidades hídricas y que sean atractivas tanto desde el punto de vista del agricultor como para el consumidor, teniendo en cuenta que la principal característica de la comarca es el alto déficit hídrico anual, así como la escasez y variabilidad de los aportes. Por tanto, deben ser alternativas de cultivo viables con la posibilidad de combinar con otras especies con diferente época de recolección.
Los agricultores de la comarca podrán comprobar en la parcela de cultivo experimental las características y la calidad de las cerezas obtenidas, y decidir si quieren apostar por este cultivo para mejorar la rentabilidad de sus explotaciones, ya que requiere menos horas de mano de obra en la poda y en la recolección.
Esta iniciativa ha sido cofinanciada por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente.