Menos soluciones y más caras para combatir las plagas
Asaja y UPA temen las repercusiones negativas de índole económica y de gestión que puede tener para los agricultores la decisión de la UE de restringir el uso de tres neonicotinoides en espacios abiertos en los que operan las abejas.
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Se trata de sustancias muy comunes en la agricultura intensiva y su principal función es proteger los cultivos de las plagas, aunque según diversos estudios científicos también son responsables de alterar las poblaciones de abejas.
Desde la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja), el técnico José Ramón ha apuntado que “no se conoce lo suficiente” el efecto de los pesticidas sobre la población de las abejas como para atribuirle a los neonicotinoides “toda esta situación”.
“Siempre con el respeto a la abeja”, ha abundado en que “no queremos dejar desprotegidas a otras áreas que tienen un importante peso en la producción española“.
También ha vaticinado algunas consecuencias de esta medida, como que quizá haya que emplear más tratamientos de otras sustancias para combatir las plagas y enfermedades de las plantas.
Desde UPA, fuentes de la organización agraria han considerado que la prohibición “genera grandes incertidumbres” a los agricultores que usaban esos productos para luchar contra plagas, que “son y seguirán siendo un problema real” para la obtención de alimentos.
“De entrada habrá un incremento de costes, ya que las pocas alternativas que existan serán más caras” según las fuentes, quienes han añadido que el productor deberá asumir ese gasto y luego “tendrá muy difícil” repercutir el encarecimiento en sus productos.
UPA, que ha admitido que es una buena noticia para los apicultores porque redundará en una mejora de la salud de las abejas, ha pedido a la UE y a los Gobiernos que impulsaron el veto “que inviertan ahora en investigación” para ayudar al agricultor a buscar sustitutos para esos pesticidas.
Nuevas prohibiciones a pesticidas para proteger a las abejas
El nuevo veto del Ejecutivo comunitario se une a la prohibición parcial del uso de estos pesticidas, conocidos como neonicotinoides, aplicada en 2013 y contó con el voto a favor de España. Fue un apoyo clave para su aprobación ya que se requería el apoyo de al menos 16 países comunitarios que representaran más del 65 % de la población. Así, cuatro años después de la prohibición parcial de estas sustancias, la CE restringirá el uso de tres neonicotinoides en espacios abiertos en los que operan las abejas, aunque sí permitirá su aplicación en invernaderos donde las abejas no queden expuestas.
Estas sustancias son muy comunes en la agricultura intensiva y su principal función es proteger los cultivos de las plagas aunque según diversos estudios científicos, son también responsables de alterar las poblaciones de abejas.
Fuente: Efeagro