Hace dos campañas, sólo el 20% de las fresas que utilizaba Masiá Ciscar en sus plantaciones provenían del programa de mejora varietal que desarrolla desde hace más de 7 años. En la actual (2019/2020), todas las variedades que recolectarán y comercializarán a partir de ahora llevarán la impronta de ese importante trabajo de investigación que realizan en los campos de ensayo que tiene la empresa hortofrutícola en Lepe (Huelva).
La variedad Palmeritas destaca, según Masiá Ciscar, porque “es muy productiva, precoz, posee un buen sabor y tiene buena postcosecha. Pero sobre todo por lo que se diferencia es porque tiene mayor tolerancia que otras variedades a enfermedades de suelo como son: Macrophomina, Collecotrichum, Fusarium, Verticilium y probablemente Phytophthora, aunque este último año no ha sido evaluado de forma científica como los cuatro anteriores. El aproximo año seguiremos con el estudio y contrastaremos estos datos ampliando el estudio a Phytophthora«.En concreto, y como ha confirmado el director de Marketing de Masiá Ciscar, Carlos Masiá Serrador, a Agrodiariohuelva.es, durante esta campaña “contaremos en las plantaciones con un 100% de nuestras variedades. De todas las que disponemos y que han ido entrando en escenas en anteriores campañas, como Calderón, Chelsea, Leyre y Palmeritas, entre las más significativas, para esta nueva temporada hemos apostado de una forma más decidida por la variedad Palmeritas, ya que estará presente en el 50% de las 300 hectáreas que gestionamos”.
La segunda variedad que sobresale esta campaña por el número de plantas utilizadas es Leticia; una fresa, por cierto, que fue presentada oficialmente en la última edición de Fruit Attraction en Madrid. Entre sus características, Carlos Masiá señala que “es una variedad que se puede considerar Premium por su calidad, por su sabor, ya que es muy dulce, por su color rojo intenso, por su relevante tamaño medio y, también, por su óptima postcosecha. Todos estos factores han posibilitado que se haya convertido en una fresa muy bien recibida por el mercado”. No obstante, Leticia es una variedad que inicialmente «no va a estar en el mercado de planta hasta octubre del 2021, cuando tengamos suficiente material certificado».
Asimismo ocupa un lugar prominente la variedad Leyre. Es una fresa medianamente precoz, de un color rojo cardenal y con un sabor intenso que mantiene durante toda la campaña. Es una variedad muy demandada por el sector y en la actualidad sólo cinco empresas pueden producirla. En este orden de cosas el director de Marketing precisa que “hemos llegado a un acuerdo para que la fresa Leyre, además de SAT Las Palmeritas, también la puedan comercializar de forma exclusiva tanto para el mercado español como para el europeo los siguientes licenciatarios: Fres Molinero, Frutas Maripí y Baldifresa, mientras que Angus lo hará para Reino Unido”.
Masiá Ciscar destinaba casi el 70% de su producción al mercado nacional debido, sobre todo, a su acuerdo comercial con la cadena de supermercados Mercadona. Desde hace tres años, la comercialización, que se realiza a través de la SAT Las Palmeritas, ha comenzado a “diversificarse un poco”, apunta Carlos Masía, ya que “ahora nuestra producción se distribuye casi al 50% entre España y el resto de Europa”.
Comercializan moras por primera vez
Otra novedad importante que presenta la empresa onubense Masiá Ciscar para la presente campaña de berries es que ha decidido entrar en la parcela de las moras cultivando unas 8 hectáreas. Carlos Masía señala al respecto que “ha llegado el momento de la puesta de largo de esta berrie porque contamos con una variedad que se llama Marymar y que la vamos a comercializar de forma exclusiva en el mercado europeo”
Marymar es una variedad remontante, con un tamaño medio-grande y destaca, según Carlos Masiá, por “su dulzor; es exquisita porque tiene bastantes grados brix y por su durabilidad». Junto a sus características organolépticas únicas, el director de Marketing asegura también que “estamos ante una variedad de mora que no tiene regresión: una vez que todos los granos que componen la fruta adquieren su particular color oscuro, no hay paso atrás y no lo pierde. Este hecho supone un plus de excelencia y de seguridad para el proveedor y el consumidor”.
Carlos Masiá precisa que para llegar a este momento, a su primer año de comercialización, “nos hemos llevado varios años probándola y aclimatándola mediante distintos ensayos que hemos realizado de manejo y nutrición, además de las propias de conservación y transporte. Durante este tiempo también hemos estado enviando pruebas comerciales a todos nuestros clientes y todos los retornos de valoración han sido prometedores”.
Fuente: Agrodiariohuelva.es