Más de 360 empresas intentan reducir el desperdicio alimentario
Forman parte de a campaña de AECOC “La alimentación no tiene desperdicio” que ha conseguido incrementar un 6% la cantidad de producto no comercializado que se dona a entidades benéficas.
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La campaña “La alimentación no tiene desperdicio”, impulsada por AECOC desde 2012, suma ya el esfuerzo conjunto de más de 360 empresas fabricantes y distribuidoras con el objetivo de reducir el desperdicio alimentario. En los dos últimos años, las empresas españolas del gran consumo integradas en el proyecto han logrado incrementar en un 6% la cantidad de producto que, tras no ser comercializado, se ha redistribuido a entidades benéficas para consumo humano.
Además, siguen trabajando desde el impulso de buenas prácticas en todos los eslabones de la cadena de valor y desde la sensibilización para reducir, cada vez más, el porcentaje de alimentos que, por distintas razones, resulta desechado y que actualmente representa en torno al 1,76% del producto apto para ser comercializado. Las empresas de la iniciativa se unen así a la celebración del Día Mundial de la Alimentación, una fecha que impulsa Naciones Unidas y que este año representa una oportunidad para demostrar el compromiso de entidades públicas y privadas con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 2: Alcanzar la meta del hambre cero en el año 2030.
Las empresas integradas en la campaña de AECOC buscan hacer frente al desperdicio alimentario mediante la creación y aplicación de prácticas eficientes a lo largo de toda la cadena de valor, desde el sector primario al consumidor final. Se trata de una iniciativa pionera en Europa que trata de poner en valor los esfuerzos individuales que llevan a cabo las empresas contra el desperdicio alimentario e impulsar mejores prácticas de colaboración que permitan avanzar en la resolución de un importante problema que solo podemos reducir desde el esfuerzo conjunto. La iniciativa cuenta con el apoyo de más de 360 empresas fabricantes y distribuidoras del sector del gran consumo, operadores logísticos y de transporte, y está coordinada desde AECOC a través del Comité AECOC contra el desperdicio alimentario. La labor de este comité, por un lado, está centrada en el desarrollo de buenas prácticas que permitan prevenir y reducir el desperdicio generado a lo largo de los eslabones de la cadena alimentaria. Y, por el otro trabajar para llevar a cabo proyectos de colaboración que ayuden a redistribuir y optimizar los excedentes generados durante todo el proceso.
Colaboración con los bancos de alimentos
Así, durante los cinco años de trabajo de la iniciativa, las empresas integradas en ella han conseguido repartir más de 40 arcones frigoríficos a los bancos de alimentos y entidades beneficiarias para poder garantizar la seguridad alimentaria y la conservación de los productos. Además, AECOC ha elaborado una Guía de Seguridad Alimentaria para bancos de alimentos, un documento que recoge todos los procedimientos a seguir para que los productos se transporten y se manipulen en las mejores condiciones. “La alimentación no tiene desperdicio” ha conseguido también formar en seguridad alimentaria y manipulación de alimentos a a casi mil voluntarios en un total de 17 cursos impartidos por todo el país. También se ha presentado el estudio “Hábitos de aprovechamiento de la alimentación”, cuyo objetivo es conocer mejor los hábitos de aprovechamiento de la alimentación en los hogares españoles y establecer posibles oportunidades o directrices para mejorar dichos hábitos.
El finales del pasado mes de septiembre se celebró el 5º Punto de Encuentro AECOC Contra el Desperdicio Alimentario, un foro en el que empresas, administraciones, entidades benéficas y asociaciones de consumidores buscan fórmulas de colaboración para reducir el desperdicio y que contó con más de 350 asistentes. Durante la inauguración del Punto de Encuentro, la presidenta del Comité AECOC Contra el Desperdicio Alimentario y responsable de Relaciones Institucionales de Grupo Siro, Carmen Cobián, recordó que la tolerancia cero con la pérdida y el desperdicio de alimentos es rentable a nivel económico, asegurando que “se ha demostrado que con cada dólar que las empresas de EEUU invierten para frenar las pérdidas y el desperdicio alimentario se ahorran 14 dólares en costes operativos”. Cobián destacó asimismo que, al reducir las pérdidas y el desperdicio a lo largo de la cadena de valor de los alimentos, unos sistemas alimentarios robustos pueden contribuir a promover la adaptación y mitigación del cambio climático, preservar los recursos naturales y reforzar los medios de subsistencia rurales.
La iniciativa impulsada por AECOC forma parte, a su vez, de diversas organizaciones y proyectos como ACHM-E, EU Platform on Food Losses an Food Waste, REFRESH y WRAP. Esta campaña quiere dar a conocer los esfuerzos que las empresas realizan para evitar el desperdicio alimentario e impulsar mejoras prácticas de colaboración con el fin de ir disminuyendo el problema generalizado. Además, “La alimentación no tiene desperdicio” quiere hacer partícipe al consumidor, fomentando su colaboración para reducir el desperdicio que genera cada uno a nivel personal.